València (EFE).- Un “hospital líquido” con el que hacer seguimiento de las patologías desde casa con la ayuda de la IA o de dispositivos 5G ,o una “nariz electrónica” que permite detectar agentes cancerígenos para prevenir problemas de salud en entornos laborales, son algunos ejemplos de cómo la innovación y la tecnología están transformando el sector del cuidado de la salud.
Estos son algunos de los proyectos relacionados con la digitalización de la sanidad que impulsan desde los centros tecnológicos englobados en la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (Redit), todos ellos financiados por el Instituto Valenciano de la Competitividad Empresarial (IVACE+I ) a través de fondos FEDER.
En concreto los centros trabajan, entre otras cosas, en el desarrollo de “sistemas plenamente conscientes” de IA que pueden ser aliados en el campo de la salud mental, en terapias innovadoras contra las enfermedades inflamatorias de colon o en herramientas tecnológicas para mejorar el calzado infantil.
Un “hospital líquido”
Ya sea diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares o problemas de movilidad, la creciente incidencia de las patologías crónicas, de las personas en situación de dependencia o el envejecimiento de la población han puesto el acento en los últimos años en la necesidad de un sistema de cuidados flexible, que vaya más allá de los hospitales y acompañe a los pacientes en sus domicilios.
Por eso, desde el Instituto de Biomecánica (IBV) desarrollan el proyecto HLIQUIDO, que busca integrar diferentes herramientas de registro de variables sobre el estado de salud de pacientes para hacer un seguimiento en entornos extrahospitalarios.
Desde el centro tecnológico explican que el uso y la integración de tecnologías como la IA, el big data, los dispositivos de internet de las cosas o el 5G pueden ayudar a construir una especie de “hospital líquido”, es decir, un entorno de monitorización similar al que se encuentra en un centro hospitalario, pero que puede ser utilizado en cualquier lugar.

En el marco del proyecto, en el que participan las empresas Atès a casa, Domotik, Mysphera, Tic4care y Tyris Software, el IBV está desarrollando una plataforma de registro, almacenamiento, explotación y visualización de datos, pensada principalmente para el seguimiento clínico de la salud de personas mayores en su propio hogar.
Se trata de un entorno digital diseñado para usarse con cámaras y visualizarse con smartphones y tabletas, de forma que resulte sencillo tanto para los pacientes como para sus cuidadores, y que se puedan medir “indicadores de salud y generar alarmas de eventos adversos”, como explica el director de Innovación en Valoración Biomédica del IBV, David Garrido.
En concreto, se están poniendo a punto modelos que permiten calcular el nivel de estrés y de fragilidad física, a partir de una imagen tomada por la cámara e interpretada por una inteligencia artificial, una tecnología que tiene “potencial para su uso con cualquier tipo de paciente”.
Una “nariz electrónica”
Esta voluntad de cuidar la salud más allá del entorno hospitalario o médico es la que persigue también una iniciativa del Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE), RESPIRA, que lleva la prevención de patologías también a los entornos laborales.
En concreto, el proyecto persigue crear sensores y sistemas de análisis para la detección temprana de agentes cancerígenos en entornos laborales, una herramienta que actúa a modo de “nariz electrónica”.
“El prototipo de nariz electrónica que hemos desarrollado está especialmente diseñado para sectores sensibles, como hospitales o plantas de tratamiento de aguas residuales, donde es crucial identificar compuestos volátiles específicos, incluidos aquellos derivados de procesos de desinfección o depuración”, explica el responsable técnico del proyecto, Carlos Fito.
Desde ITENE se han apoyado en algoritmos de aprendizaje automático para obtener y procesar las mediciones, que han conseguido que sean altamente sensibles, precisas y fiables.
De este modo, se detectan en tiempo real contaminantes que pueden afectar a la salud, por ejemplo compuestos orgánicos volátiles como el benceno, el tolueno y el xileno, que son carcinógenos y neurotóxicos.
Sistemas “plenamente conscientes”
Otro de los campos tecnológicos que puede ayudar al cuidado de la salud es la realidad mixta, es decir, el uso de herramientas de realidad virtual que integren el mundo físico y generen una experiencia inmersiva.
Desde el Instituto Tecnológico especializado en TIC, ITI, desarrollan el proyecto AWARE-XR, en el que participan entidades como Acavall, Proceso Terapéutico, Acova y la Fundación SASM, que busca mejorar la experiencia de usuario en tratamientos de salud mental.
Se basa en la llamada “computación afectiva”, por la que los sistemas de realidad mixta tienen la capacidad de entender y responder a las emociones del usuario, con lo que se mejora la experiencia de uso al hacerla más “empática”.
El proyecto tiene entre sus objetivos desarrollar un prototipo de sistema de realidad mixta en el que los pacientes puedan participar en terapias conversacionales con avatares en entornos inmersivos.
En concreto, el trabajo del ITI es diseñar y desarrollar escenarios para la terapia ocupacional y la rehabilitación física y cognitiva, en los que se fusionen los elementos digitales y reales de forma que los tratamientos sean más efectivos.
Del intestino a los pies
Por otra parte, en el terreno del cuidado físico del cuerpo, varios proyectos se centran en la prevención y el tratamiento de patologías: desde el proyecto Pharmanova, de AINIA, de investigación de terapias innovadoras para tratar enfermedades inflamatorias de colon, hasta el proyecto Careinfoot, de Inescop, de investigación para mejorar el calzado infantil y cuidar los pies de los más pequeños.
Mejorar la calidad de vida de las personas que sufren enfermedades inflamatorias del colon y cáncer colorrectal es el objetivo del proyecto Pharmanova, de Ainia, que explora la aplicación de moléculas naturales para prevenir y tratar estas enfermedades.
En una primera fase, del proyecto ha diseñado una línea celular intestinal a medida, una herramienta para estudiar la reacción de las células del intestino en condiciones de inflamación y, con esa información, evaluar la eficacia de nuevas terapias.
Por otro lado, se ha desarrollado un protocolo de crecimiento de cepas bacterianas y se ha logrado obtener concentrados de sustancias con potencial terapéutico y, además, se ha creado un sistema innovador de encapsulación que permite liberar de forma controlada y localizada los tratamientos para el colon.
Por último, se ha desarrollado un modelo celular avanzado que reproduce fielmente el colon bajo condiciones tanto de inflamación como de no inflamación para prevenir patologías.
Esa finalidad de prevención es la base también del proyecto Careinfoot del Centro de Innovación especializado en Calzado Inescop, que busca investigar y dar información al sector de cómo debe ser el mejor tipo de zapato para pie infantil de entre 12 y 36 meses.
La dificultad para realizar estudios en niños de esa edad hace que no exista una evidencia científica sólida que relacione el pie con el calzado en las primeras fases de desarrollo infantil, y por eso el proyecto investiga cómo debe ser, desde el punto de vista de la salud,el calzado infantil más saludable.
En este marco se investigará para conocer los criterios de preferencia y hábitos de compra de la ciudadanía, así como las características técnicas del calzado infantil presente en el mercado.