Los diestro Andrés Roca Rey (i) y Diego Urdiales (d) salen por la puerta grande tras el festejo que acoge hoy domingo la ciudad riojana de Arnedo en un mano a mano de los dos toreros, quienes se enfrentaron a astados de Luis Algarra. EFE/Raquel Manzanares

Urdiales y Roca Rey salen por la puerta grande en Arnedo tras repartirse cinco orejas

Arnedo (La Rioja), 19 mar (EFE).- Los toreros Diego Urdiales y Andrés Roca Rey han salido este domingo a hombros por la puerta grande del Arnedo Arena, en La Rioja, en una tarde triunfal, en la que han cortado 2 y 3 orejas, respectivamente.

El diestro Diego Urdiales con el primero de la tarde en el festejo que acoge la ciudad riojana de Arnedo en un mano a mano con Andrés Roca Rey, quienes se enfrentan a reses de Luis Algarra.- EFE/Raquel Manzanares

Se han lidiado 6 toros de Luis Algarra Polera, justitos por delante; terciados, en general; con más cuajo, el quinto y el sexto; nobles de comportamiento, el primero, segundo y sexto; soso y con poca transmisión, el tercero; sin entrega, el cuarto; y rebrincado y vulgar, el quinto.

El diestro Andrés Roca Rey con el sexto de la tarde, al que le cortó dos orejas, en el festejo que acoge la ciudad riojana de Arnedo en un mano a mano con Diego Urdiales, quienes se enfrentan a reses de Luis Algarra. EFE/Raquel Manzanares

Diego Urdiales: oreja, oreja y ovación.

Andrés Roca Rey: oreja, oreja tras aviso, y oreja con fuerte petición de la segunda.

La Plaza Arnedo Arena ha colgado el cartel de “no hay billetes”.

Urdiales, con el primero, sale a los medios, con verónicas sin obligar y plenas de gusto. Un picotazo sirvió para justificar el tercio de varas. Bien con los palos Joselito Rus. Escaso se adivinaba el fondo del de Algarra, y solo el mimo y delicadeza de Urdiales destaparon por los dos pitones lo que de empuje llevaba dentro.

El pulso templado enseñó el camino a “Mayordomo”, un noble animal que se tragó todo con la suavidad, como adjetivo de los cites. Primoroso fue el epílogo con la zurda, antes de dejar una estocada de libro. Oreja.

Sin poder relajarse en el capote, “Vacilón” le avisó dos veces por el derecho al de Arnedo (Urdiales). Sin nada por reseñar en los primeros tercios, tomó la franela el local y, siempre a media altura, consintió al de Algarra que, sin ser un dechado de virtudes, se dejó dar series cortas por los dos pitones.

La cada vez más sosa embestida fue perdiendo recorrido y, de nuevo, la izquierda de Diego selló un trasteo laborioso, que refrendó de soberbio “Volapié”. Oreja.

Urdiales, en su tercero, tampoco pudo exhibir su recital capotero en el que hizo quinto. Lo del tercio de varas fue solo un trámite, y dejó el Víctor dos importantes pares. Brindis al público y trasteo por bajo para iniciar una faena, que no quedará en el recuerdo.

No era fácil domeñar al de Algarra, de embestida pegajosa y que se fue volviendo rebrincado y protestón. Falto de ritmo, no se terminó de entender Urdiales y, sin darse coba, abrevió dejando la que era otra soberbia estocada. Ovación.

Roca Rey, a su primero, lo recibió con suavidad y verticalidad. Solo recibió el topetazo en el peto sin apenas sangrar. El inicio de faena fue en los medios con el compás abierto, en series templadas por el derecho, con poco ajuste y sin demasiado entusiasmo.

Prueba por el izquierdo sin mucha enjundia y solo los alardes entre pitones, en el final del trasteo, motivaron a un público entregado al de Perú. Estoconazo eficaz y primera oreja a su esportón.

La incierta embestida de su segundo dejó inédito a Roca con el capote. Se justifica, sin más, el tercio de varas, y destaca por chicuelinas el peruano.

Tras brindar a Diego Urdiales, citó en largo y dio largura a los lances por el derecho. No encontró el mismo acople por el izquierdo y la faena se fue desvaneciendo, dejando ver, pese a todo, a un perseverante, frente a un toro sin entrega. El arrimón final surge efecto en el público, que le lleva a la puerta grande, pese a recibir un aviso.

Tampoco en el sexto se vio el capote de Roca Rey. Nada en el caballo, y destacable fueron dos importantes pares, que dejó Antonio Chacón en el preámbulo de una faena muy en la línea de Roca Rey. Cadencia por el derecho, suavidad en el cite a un animal con el empuje justo, al que nunca se le obligó.

Sabedor que las series cortas tenían poco calado, acortó pronto las distancias, cimentando el trasteo metido entre pitones. Con la grada ya conquistada, dejó tomar algo de aire al “Ruiseñor”, que cerró festejo. Fue entonces cuando llegó la sexta estocada de la tarde, eficaz y precisa como el resto. Oreja.

Trece años han pasado desde que la plaza de toros Arnedo Arena, con José Tomás en el paseíllo, abrió sus puertas y colgó el “no hay billetes” como este domingo.

Desde aquel marzo de 2010, el cartel, que todo empresario desea desempolvar, no había vuelto a cobrar protagonismo. Este domingo, sí.

Desde la víspera se vislumbraba que volviese a ver la luz, y así ha ocurrido. Arnedo ha respirado taurinismo durante el fin de semana, y el plato fuerte estaba servido para cerrar sus fiestas de primavera: el mano a mano Urdiales, Roca Rey, tuvo tirón desde su anuncio y lo previsible ha sido realidad.

Luis Ruiz Gutiérrez