Vista del tradicional Sermón de las Siete Palabras, este Viernes Santo en Valladolid. EFE

El Sermón de las Siete Palabras alerta del “imperio” tecnológico falaz

Valladolid (EFE).- El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, encargado este Viernes Santo de pronunciar el Sermón de las Siete Palabras, ha alertado del “imperio” tecnológico que han tejido a nivel mundial empresas como Google, Apple, Facebook-Meta, Amazon y Microsoft, con cuyas herramientas “se ha eliminado la distinción entre lo verdadero y lo falso, la realidad y la ficción”.

En una Plaza Mayor vallisoletana repleta y ante el paso de algunas de las obras maestras de Gregorio Fernández, Argüello ha pronunciado su segundo Sermón de las Siete Palabras tras el de 2005, ahora ya como nuevo arzobispo, con el que se recrean y se traen a la actualidad las siete frases que, según las escrituras, pronunció Jesucristo en la cruz justo antes de morir.

Con su texto, Argüello ha prevenido especialmente a los jóvenes del riesgo que tiene confiar sus sueños y aspiraciones futuras a grandes corporaciones que controlan sus gustos, intereses y hasta sus amistades, frente a la propuesta de oración de la Iglesia y el “sueño de Dios”.

Para el arzobispo existen dos caminos: o el del “buen espíritu” de Dios o “el mal aliento del Dragón y sus Bestias” que forjarán el “individualismo” y seducirán con “una propuesta tramposa para ‘perfilarnos’ de manera que hagamos juego con el proyecto de exclusión y dominación del imperio”.

Sermón de las siete palabras
Vista del tradicional Sermón de las Siete Palabras, este Viernes Santo en Valladolid. EFE

“Ofrece nuestro perfil al mejor postor económico o político. Va a pareciendo así el sujeto ideal de la dominación totalitaria, aquel para quien la distinción entre hecho y ficción y entre verdadero y falso ya no existe”, ha proclamado citando a Hanah Arendt y también a Shoshona Zuboff en su concepto de “capitalismo de la vigilancia”.

Argüello ha hecho estas alusiones en la quinta palabra (“Tengo sed”), como referencia al deseo de agua y al sueño evangelizador que ha dicho compartir con el Papa Francisco a través de las misiones y de una “sociedad fraterna y cuidadosa de la casa común”.

Ya al comienzo de su sermón, el arzobispo ha apelado a que actualmente “las palabras, las redes y pantallas dejan de ser representación de la realidad, para convertirse en instrumento de la voluntad de poder o de lo políticamente correcto”.

Ante esta realidad, basada en un “paradigma tecnocrático dominante” y en un “nihilismo” que preconiza que “nada tiene sentido”, Argüello ha recetado para la humanidad “una antropología y una cultura que hagan juego con sus proyectos”.

Ideologías de género

En este mismo sentido, ha cuestionado una sociedad “al mismo tiempo libertina y puritana en la que no cabe el perdón”, en la que “aparecen los desajustes muchas veces en forma de odio y violencia”, en un ambiente de “relatos marcados por el enfrentamiento” y “luchas de poder que debilitan el orden institucional vigente y lo hacen cada vez más débil ante los enormes poderes económicos”.

Argüello ha cargado contra las “ideologías radicales de género” que son “clave” en un proceso de “destrucción” y “deconstrucción” de la persona, a través de expresiones de “sexo y género fluido”: “El cuerpo tiene que dejar de ser referencia o límite en propuestas ideológicas que han llegado a los parlamentos para convertirse en nuevas y exigentes normas” con “propuestas asfixiantes que quieren regular todos los aspectos de la vida y la conciencia”.

También ha expresado reparo hacia el concepto de “empoderamiento” que observa en la “cultura dominante”, que en el contexto actual “acentúa una lógica de enfrentamiento” porque “el otro siempre aparece como potencial amenaza o rival para desarrollar el poder reivindicado y nunca plenamente otorgado”, frente a lo que ha propuesto una apuesta por la “promoción” y la ayuda entre unos y otros.