Mérida, 2 ago (EFE).- La 69 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida continúa su apuesta por la comedia de la mano del director Andrés Lima con una versión fiestera y gamberra de un enredo shakespeariano que reivindica la belleza del equívoco y la libertad de ser quien quieras ser.

En esta ocasión, el Premio Nacional de Teatro recala por tercera vez en el festival emeritense con una versión de Albert Boronat de ‘La comedia de los errores’, una de las obras más burlescas del dramaturgo inglés que bebe de ‘Los Gemelos’ de Plauto y duplica las posibilidades de equivocaciones, quid pro quo, y situaciones inverosímiles.
Estamos en Éfeso, o quizá en Siracusa, no, más bien en un chiringuito ibicenco con su propio dj. En este loco montaje el espectador nunca sabe muy bien dónde se sitúa la acción, ni quién es quién pues, tal y como cuestionan sus personajes, “¿Qué es la verdad?, ¿Dónde descansan los cimientos de las respuestas correctas? ¿No es, acaso, el error la respuesta a todas esas preguntas?”.
En cualquier caso, un lugar llena de fulleros, de magos capaces de engañar el ojo, de oscuros hechiceros que trastornan el juicio, de brujas asesinas que deforman el cuerpo, de truhanes disfrazados de charlatanes y pecadores libertinos, se lamenta Antífolo de Siracusa (Pepón Nieto), protagonista de la obra junto a su gemelo y sus respectivos criados, también hermanos idénticos.
Junto a Nieto, Antonio Pagudo, Fernando Soto, Rulo Pardo, Avelino Piedad y Esteban Garrido se desdoblan en diferentes personajes sobre las tablas del Teatro Romano y tejen una maraña de enredos difícil de desembrollar que confunde y provoca la risa entre el público.
La llegada del joven mercader Antífolo, junto a su criado Dronio, a Éfeso, ciudad donde vive su hermano gemelo y su criado idéntico físicamente al suyo crea desconcierto y genera situaciones laberínticas que atrapan a los personajes y en las que el humor brota.
Así, en este montaje el teatro se convierte en un juego circense en el que los actores hacen malabares intercambiando personajes en una trama que pretende ser divertida y se mueve al ritmo de música electrónica para hacer del equívoco una fiesta.
La primera en caer en el error es la propia esposa de Antífolo, Adriana, quien lo confunde con su hermano gemelo desencadenando un lío de cuernos en toda regla. A partir de aquí un rosario de errores con antiguos deudores, joyas en manos equivocadas y deudas no saldadas endemonian a los peculiares personajes hasta el punto de necesitar un exorcista.
Este reparto exclusivamente masculino es además un homenaje al teatro isabelino, que prohibía actuar a las mujeres y en el que los papeles femeninos eran interpretados por hombres jóvenes, cosa que Avelino Piedad y Rulo Pardo consiguen hacer con descaro y soltura en el papel de Adriana y Luciana, la hermana de ésta.
La historia de los Antífolos que parte de una tragedia, la separación de dos parejas de gemelos en un naufragio, llega a buen puerto con el reencuentro de los hermanos y la resolución de tanta complicación, un final feliz, o no. En esta comedia nada es del todo cierto.
Esta alabanza al error, inherente a la vida humana y tan necesario para comprender la propia existencia, es una coproducción del festival y Mixtolobo que tiene programadas cinco funciones y podrá verse hasta el próximo domingo, 6 de agosto, cuando dejará el espacio al siguiente espectáculo, ‘Salomé’.
Por Laura Carroza