Una mujer toma fotos de figuras de plantas en el Jardín Botánico este miércoles, en Río de Janeiro (Brasil). EFE/ Antonio Lacerda

Un gigantesco árbol de la Amazonía es el protagonista de un nuevo museo en Río

Río de Janeiro (EFE).- Un gigantesco árbol reverenciado por tribus indígenas de la Amazonía brasileña que lo ven como la conexión entre el cielo y la tierra es el protagonista de una muestra con la que el Jardín Botánico de Río de Janeiro inaugura un nuevo museo en la ciudad.

En una obra inmersiva expuesta en un espacio circular, el público puede conocer el interior del sumaúma y el misticismo que envuelve a este árbol del que se cree es también hogar de deidades y hasta un portal que lleva a otros mundos.

La experiencia hace parte de la muestra con la que el Jardín Botánico de Río inaugura un museo de avanzada. Allí la tecnología es la principal aliada para sumergir al espectador en la inmensidad de la flora brasileña, mediante instalaciones y elementos que brindan interactividad.

El museo exhibe el trabajo que realiza el Jardín Botánico como centro de investigación de la flora, con énfasis en 2.953 especies amenazadas de extinción.

El árbol de la vida

Conocida en la Amazonía como sumanuma, la ‘Ceiba pentandra’ es una especie que, además de envolver un misticismo en sí misma, es considerada ‘el árbol de la vida’ por los múltiples beneficios que ofrece para el hombre y la naturaleza.

Propia de selvas tropicales del centro y sur de América, de África occidental y del sudeste asiático, esta especie puede medir hasta 90 metros de altura y vivir por 120 años.

Su gigantesca copa -de unos 40 metros de diámetro- sirve de protección y abrigo para otras especies de flora y fauna. Por tal motivo es considerada sagrada por los mayas, una creencia que se mantiene viva en varias etnias amazónicas en la actualidad.

Asistentes observan una obra inmersiva en el Jardín Botánico este miércoles, en Río de Janeiro (Brasil). EFE/ Antonio Lacerda
Asistentes observan una obra inmersiva en el Jardín Botánico en Río de Janeiro (Brasil). EFE/ Antonio Lacerda

Sus raíces son capaces de absorber agua de las profundidades del suelo y utilizan un intrincado sistema de absorción del líquido.

Esto le permite no solo hidratarse a él mismo sino también a otras especies a su alrededor.

Estas raíces, conocidas también como sapopemas y que pueden llegar a medir hasta 10 metros por encima del suelo, sirven también como vivienda de algunas etnias indígenas e incluso son utilizadas como medio de comunicación pues el eco que se produce al golpearlas pude ser escuchado a largas distancias.

Su corteza ayuda a curar la malaria y su savia se usa para curar la conjuntivitis.

El Jardín Botánico de Río es la institución botánica más antigua e importante del país, con más de 200 años de existencia.

Sobre una superficie de 54 hectáreas alberga alrededor de 6.500 especies propias de los diferentes biomas que existen en Brasil.