Visitantes recorren la exposición 'El árbol que devoró un mundo: los rumbos del caucho en La vorágine', durante la Feria Internacional del Libro, el 19 de abril de 2024, en Bogotá (Colombia). EFE/ Carlos Ortega

‘La vorágine’ sigue viva entre miles de libros y sus denuncias se mantienen vigentes

Por Jorge Gil Ángel |

Bogotá (EFE).- Entre los miles de documentos de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FilBo) hay una novela, ‘La vorágine’, que cien años después de su publicación sigue más viva que nunca con publicaciones y una exposición que reivindica la actualidad de la obra de José Eustasio Rivera (1888-1928).

Esa obra narra a través de las desventuras de una pareja de amantes, Arturo Cova y Alicia, la crueldad sufrida en la Amazonía por indígenas y colonos durante la fiebre del caucho de comienzos del siglo XX.

La marca del caucho en la violenta historia

Por esa razón, ‘El árbol que devoró un mundo: los rumbos del caucho en La vorágine’, una muestra de la Biblioteca Nacional, cuenta con decenas de ediciones del libro, fotos y documentos que reflejan la atrocidad de estos hechos.

También hay una versión a escala de una casa de La Chorrera, caserío de la Amazonía de Colombia donde funcionó en la primera mitad del siglo XX la Casa Arana, dedicada a la extracción del caucho, que esclavizó y perpetró un genocidio que costó la vida a unos 60.000 uitotos, boras, okainas y muinanes, pueblos indígenas de la región.

La exhibición tiene como curadoras a Erna von der Walde y Ximena Gama, con el diseño y museografía de Piedra Tijera Papel, y busca responder a preguntas como: ¿Qué se esconde tras las palabras de Rivera? ¿Qué consecuencias sociales y ambientales trajo la extracción cauchera de inicios del siglo XX? ¿Por qué la Casa Arana se conoce como ‘el paraíso del diablo’? ¿Por qué en América y en Colombia?.

Fotografía del 25 de abril de 2024 de la exposición 'El árbol que devoró un mundo: los rumbos del caucho en La vorágine' durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FilBo), en Bogotá (Colombia). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda
Fotografía del 25 de abril de 2024 de la exposición ‘El árbol que devoró un mundo: los rumbos del caucho en La vorágine’ durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FilBo), en Bogotá (Colombia). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

“Queríamos que la gente se enterara de qué es ‘La Vorágine’, por qué es tan importante la novela, también cuál ha sido el recorrido editorial de la novela, quién es José Eustasio Rivera y cuáles son las claves dentro de su vida para que él haya escrito esta novela”, explica a EFE Gama.

La curadora también resalta que la idea es tratar de saber “qué sucedió a principios de siglo en la zona del Amazonas”.

Guía para la memoria

La muestra hace un relato a través de cinco secciones que tienen como base tres elementos, que son el tronco del árbol de caucho; el invernadero de Kew Gardens (jardín botánico de Londres) como metáfora de la domesticación de la naturaleza, y una maloca del pueblo bora, que cuenta con materiales de la memoria de los indígenas de esa parte de la Amazonía.

Todo el relato está guiado por poemas, cartas y citas de ‘La vorágine’ y uno de los temas que más preocupaban al escritor, la “trascendencia sociológica” de su obra.

“La novela es una guía para entender también todo ese material, siempre estamos citando a José Eustasio Rivera (…) para que la gente pueda entender que justamente este fue el material que alimentó el escrito”, añade la curadora.

Fotografía del 23 de abril de 2024 de un grupo de indígenas danzando frente a la Casa Arana, donde según algunos datos fueron asesinados más de 60.000 indígenas sometidos a la esclavitud, hecho narrado en la novela 'La Vorágine', en La Chorrera, departamento del Amazonas (Colombia). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda
Fotografía del 23 de abril de 2024 de un grupo de indígenas frente a la Casa Arana, donde según algunos datos fueron asesinados más de 60.000 indígenas, hecho narrado en la novela ‘La Vorágine’, en La Chorrera, departamento del Amazonas (Colombia). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

Entre los documentos de la exposición hay un registro fotográfico del cónsul británico de la época en las ciudades de Pará y Río de Janeiro -en Brasil-, el irlandés Roger Casement, sobre la investigación que hizo sobre las atrocidades cometidas por la Casa Arana.

También imágenes del fotógrafo y documentalista brasileño Silvino Santos, contratado por la Casa Arana para desmentir la acusaciones.

Estas fotos dialogan con obras de artistas contemporáneos y con un valioso material de memoria de los pueblos amazónicos afectados, con lo que las curadoras buscan mostrar cómo funcionaba el “sistema de extracción y exterminio”.

El dolor de ‘La vorágine’ aún presente

Al hacer el trabajo de curaduría de la exposición, Von der Walde y Gama tuvieron muy presente que “el dolor está todavía presente”.

“Estos ejercicios de memoria muestran lo que sucedió y cuáles fueron los acontecimientos de esos años, pero también muestran cómo ha sido la resistencia política de los pueblos en los últimos 120 años”, detalla.

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Las denuncias de ‘La vorágine’ aún siguen vigentes no sólo en la Amazonía sino también en el resto de Colombia por parte de comunidades que han sufrido por cuenta de la extracción de los recursos naturales.

Por eso, concluye Gama , “‘La vorágine’ es una novela que es tremendamente actual, es impresionante cómo José Eustasio Rivera relató lo que estaba sucediendo en términos de extracción, violencia hacia las comunidades y al territorio hace 100 años, y es algo que sigue ocurriendo ahora”.