Las periodistas Marina Valdés (i) y María Lamela durante la entrevista con EFE con motivo del lanzamiento de 'Microdramas', una novela en la que se desnudan y se ríen de ellas mismas con una sucesión de desdichas personales y laborales que enseñan a relativizar. EFE/Biel Aliño

Microdramas, la novela de debut de dos periodistas que se desnudan y se ríen de sí mismas

Las periodistas Marina Valdés (i) y María Lamela durante la entrevista con EFE con motivo del lanzamiento de 'Microdramas', una novela en la que se desnudan y se ríen de ellas mismas con una sucesión de desdichas personales y laborales que enseñan a relativizar. EFE/Biel Aliño

Las periodistas Marina Valdés (i) y María Lamela durante la entrevista con EFE con motivo del lanzamiento de 'Microdramas', una novela en la que se desnudan y se ríen de ellas mismas con una sucesión de desdichas personales y laborales que enseñan a relativizar. EFE/Biel Aliño

València, (EFE).- Marina Valdés y María Lamela coinciden cada tarde en el programa ‘Más Vale tarde’ (La Sexta) y se han embarcado en la aventura de escribir con la que sueñan desde niñas, que ha dado como fruto ‘Microdramas’, una novela en la que se desnudan y se ríen de ellas mismas con una sucesión de desdichas personales y laborales que enseñan a relativizar.

Así lo cuentan en una entrevista con EFE el día que presentan su novela -editada por Martínez Roca- en València, ciudad natal de Marina, y recuerdan que el libro surgió porque “a veces las oportunidades llegan solas” y había que aprovecharla.

Unidas por la buena mala suerte

Cuenta Marina que en una fiesta de Atresmedia le contaron a una persona de la editorial sus “locas historias” personales y profesionales y les dijo que tenían “muchas cosas divertidas que contar” en un libro.

“Al día siguiente nos llamaron de la editorial preguntando por el libro. Lo más gracioso es que pensábamos que esa personas ni se acordaría. Cuando me llamaron creí que era una broma, pero no”, asegura.

Y María añade: “Había que tomar en serio esta oportunidad y conectar nuestras similitudes a la hora de las cosas que nos pasan diariamente, porque las dos siempre decimos que tenemos buena mala suerte porque nos pasa de todo, situaciones surrealistas y muy caóticas, pero al final tenemos la suerte de salir airosas”.

“Hicimos una prueba de vida, escribimos un capítulo, el primero del libro, y les debió gustar porque aquí estamos”, recuerda Marina mientras María cuenta que la portada es un guiño a las Thelma y Louise de la road-movie de Ridley Scott. “Tenemos que escapar de estos microdramas sin carnet de conducir; al próximo libro ya tendremos”.

Marina: La historia de mi boda me hace honor


Al hacerles elegir la historia con la que se quedan, Marina resalta que “siempre” tienen “pequeños dramas en el terreno laboral; cosas del mundo del reporterismo e historias personales que a cualquier mujer en su día le pueden pasar”.
“Si me preguntas con cuál me quedo, me voy al terreno personal, mi boda, que es el último capítulo del libro: mi chico (el futbolista Javier Ribelles) y yo hemos vivido nuestra historia de amor en la distancia”.

“Estaban al final de la tabla y, coincidencias de la vida, empiezan a ganar, y el partido más importante de su carrera -se jugaban el ascenso- era el mismo sábado de nuestra boda. Para saber lo que pasó hay que leerse el libro pero te adelanto que el viernes hubo preboda sin novio y la boda se cambió al domingo porque justo hubo una anulación y se quedó libre. La historia de mi boda me hace honor”, sostiene.

María: Mi historia de Rusia es la más importante


María se decanta por una historia laboral que todos coinciden en que es la más impactante y que según ella, es el “momento en que más miedo” pasó: su cobertura en Rusia.

“Allí tenía contacto con un intermediario que era el que me conseguía las historias locales y era con quien más confianza tenía. El último día antes de volver a España, nos invitó a ir a una merienda de despedida en su casa y allí fuimos dos cámaras y yo.

Tampoco quiero destripar la historia, pero entonces veo cómo el hombre coge el brazo de una persona y lo mete en el armario”, detalla.
Según cuenta, ‘Microdramas’ tiene “mucha verdad pero es novela, hay historias ficcionadas pero ésta es verdad; no es broma, yo lo vi”.

En la tele no todo es orden

Marina y María trabajan en el programa “Más vale tarde” -Marina más en plató y María de reportera- pero ambas hacen las sustituciones de los presentadores en verano. Este será su tercer año juntas.
Su primer día copresentando no fue preparado, la presentadora estaba de vacaciones y el presentador se puso enfermo. “Volvíamos de vacaciones de Navidad, sin apenas dormir y con ganas de que ese día pasara rápido”, rememora Marina.
“Me dijeron: tienes que presentar. Eran las 15 horas y el programa empieza a las 17.15. Estábamos las dos sin maquillar, sin peinar, íbamos como locas pero como una alegoría de que siempre nos pasan cosas y acaban bien, al final salimos airosas. Es un ejemplo de que la gente se piensa que en la tele hay orden y control, pero hay muchas miserias y entresijos y queremos humanizar la televisión”, concluyen.

Dos vidas diferentes unidas en el mismo punto


Marina desvela que el libro cuenta cómo han llegado hasta aquí, María de una pequeña aldea gallega -“toda la vida luchando como una superviviente que esquivaba a su familia porque su madre quería que montara una peluquería pero ella quería ser comunicadora”- y ella, una chica de ciudad.

“En Madrid, yo cenaba latas de atún en la residencia militar que me consiguió mi padre porque no podía pagar un alquiler y me iba guardando el dinerillo, y de repente, copresentamos juntas y hemos escrito este libro”, asegura.
“Yo le digo a María que hemos tenido suerte de habernos encontrado, tener esas similitudes y compartir hasta un libro y el vértigo de desnudarnos juntas en él porque eso quita un poco de miedo”, afirma.

“Es muy bonito ver a dos niñas que han vivido en entornos tan diferentes, que hemos tenido que pasar nuestras miserias y pelearlo mucho, pero al final nos hemos encontrado en el mismo punto y haciendo lo mismo”, afirma María.

Una tragicomedia en toda regla


Para Marina se trata de “una forma de reivindicar que cualquier cosa es posible y por el camino nos reímos de nosotras mismas con los microdramas que vamos teniendo, siempre en clave de humor y para relativizar esos dramas”, y María asegura: “Es una tragicomedia en toda regla”.