Imagen cedida por Fescinal del personal del festival pelando patatas para las tortillas. EFE/Fescinal *IMAGEN CEDIDA. USO EDITORIAL. CRÉDITO OBLIGATORIO*

“El arca perdida” y “Gremlins” a 1,5 euros: Fescinal vuelve a 1984 por su 40 aniversario

Madrid (EFE).- Parque de La Bombilla, 1984. Gestado en el seno de los primeros Veranos de la Villa, el ya mítico Fescinal, festival de cine de verano al aire libre, se estrenaba en las calurosas noches madrileñas con dos taquillazos del momento, “El arca perdida” y “Gremlins”, y con un precio -ahora insultante- de 250 pesetas por pase.

Imagen cedida por Fescinal de Rita Sonlleva, fundadora del Fescinal. EFE/Fescinal
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Ahora, para celebrar 40 años ininterrumpidos amenizando las noches del estío capitalino, Fescinal arranca temporada viajando a aquella sesión inaugural: este jueves proyecta los títulos de esa primera noche de 1984, a un precio de 1,5 euros la entrada para que también el bolsillo viaje al pasado.

Además, para que no haya dilema moral -¿qué ver?: ¿al intrépido arqueólogo enfrentándose a los nazis, o a las entrañables criaturitas que se vuelven diabólicas con el agua?- Fescinal programa los dos filmes de forma tal que el público podrá, si gusta, ver ambos en la noche inaugural de la 40 edición del festival.

Y es que en la sala 1 de este popular cine de verano se podrá ver “El arca perdida” a las 22:15 horas y una vez acabe, a las 0:22 horas, se proyectará “Gremlins”, mientras que en la sala 2 ocurrirá al revés: primero será el turno de los “Gremlins”, y luego le seguirá “Indiana Jones”.

Un guiño a 1984

David Lluesma, un niño de seis años que no dejaba de “liarla parda” aquella noche de 1984, y hoy gerente de Fescinal (e hijo, a su vez, de los precursores del mismo), explica a EFE que este nostálgico pistoletazo de salida de la temporada no será el único “guiño” en la programación al año en que empezó todo, 1984, ya que se va a echar mano a muchos filmes de “uno de los años dorados del cine”.

Así, hasta que eche el cierre el 1 el de septiembre, por el Fescinal pasarán “Regreso al futuro”, “El color púrpura” o “Los Cazafantasma”, que se enfrentarán a lo último de la saga, “Cazafantasmas: Imperio helado”, el 4 de julio con el programa “Doble programa doble”.

Lluesma, que comenta que está intentando proyectar alguna cinta en 35 milímetros -la tecnología que se usaba cuando nació Fescinal- para dar otra vuelta de tuerca al 40 aniversario del festival, señala que la decisión de dar espacio a míticos largometrajes que han pasado por el parque de la Bombilla, como “Los Goonies” o “Parque Jurásico”, bebe también en parte de “Los clásicos de Rita”, un programa del festival en el que se proyectan las joyas del séptimo arte por las que Rita Sonlleva, creadora del festival (y su madre), siente predilección.

Otro de los motivos para consagrar buena parte de esta edición a la nostalgia es que este año le ha costado “mucho” encontrar una “buena programación” para completar una oferta que supera el centenar de películas a proyectar durante los meses del verano, lo que no es óbice para que por las salas del Fescinal pasen filmes de esta o recientes cosechas, como “Matusalén”, “Nina”, “Saben aquel”, “Del revés 2” o “Garfield: la película”.

Programación “vintage”

Estos son los ingredientes con los que se ha cocinado una programación “vintage” para una experiencia, la de ir a un cine de verano al aire libre, que está cada vez más de “moda” en la era de lo “vintage”: Lluesma cuenta que en el patio de butacas conviven aquellos fieles que han acompañado al Fescinal desde su primera edición con “mucha gente joven” que acude llamada por la romántica idea de revivir aquellos cines de verano de su infancia, u otros tantos que vivirán la experiencia por primera vez.

Poniendo en valor que la “magia” del cine al aire libre también pasa por el mantenimiento de una tradición que ya no suele perdurar en las salas convencionales, la de aplaudir con fervor al final de una buena película, Lluesma destaca que el festival del parque de la Bombilla es, “cien por cien”, el “más antiguo”, “icónico” y “grande” de Madrid gracias a sus 1.600 butacas.

Y enfatiza que ni la pandemia del coronavirus interrumpió cuatro décadas de cine en el céntrico parque, si bien la covid-19 sí cambió la morfología del festival.

Debido a la distancia social que marcaba por aquel entonces la celebración de eventos culturales, Fescinal convirtió el patio de butacas en una “terraza de verano” disponiendo mesas para que los espectadores se sentaran por grupos, algo que “gustó tanto” al público que ha llegado para quedarse por lo que, todavía hoy, las dos salas del festival combinan butacas al uso con mesas.

“Hemos tenido que reducir parte del aforo en parte por eso”, apostilla el gerente del Fescinal, que los miércoles dedicará su programación al cine español con coloquios con directores, actores y otros representantes de la industria; seguirá organizando sesiones de cine mudo con música en directo, y consolidará los martes al “Cine caliente”, una propuesta para comentar en vivo y en directo títulos como “Grease”, “Mama Mia” o “Sister Act”.