Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- El Teatro Cuyás acoge este fin de semana una obra poco convencional de Calderón de la Barca, ‘El castillo de Lindabridis’, una comedia caballeresca que, en palabras de la directora Ana Zamora, Premio Nacional de Teatro en 2023, es «extrañísima y maravillosa», un juego de fantasía e ilusión.
La directora teatral ha explicado durante la presentación de la obra, publicada por primera vez en 1691 y que se representará este viernes y sábado a las 19.30 horas, que se trata de una pieza de «absoluta madurez» de Calderón y que no es uno de los textos habituales que se ponen en escena.
«A final siempre se terminan montando un poco las mismas obras, que es lo que pasa con el teatro clásico en este país, y nosotros optamos por reivindicar un título extrañísimo, maravilloso, exótico, hilarante, como es ‘El castillo de Lindabridis'», ha indicado.
La obra pertenece a esa parte de teatro cortesano, carnavalesco, palaciego, festivo, al que se dedica Calderón en un determinado momento de su vida y «es una gran fiesta al final».
Zamora ha explicado que la obra la creó Calderón para que fuera representada en uno de los salones de palacio y, aunque se desconoce en qué palacio, «sí es cierto que es una apertura hacia un mundo de juego de fantasía y de ilusión en un momento en el que se acaba de escribir el ‘Discurso del método’ de Descartes».
«Entonces yo siempre digo que es esa escapatoria de un mundo que empieza a ordenarse», ha agregado.
Se trata de una coproducción de Nao d’amores y la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), que se unen para reivindicar y defender el patrimonio literario dramático español.
Nao d’amores: enamorados del teatro clásico
Dedicada al teatro renacentista y medieval, la compañía Nao d’amores es para Zamora «especial, un grupo de locos enamorados de la parte menos habitual del teatro clásico».
«Nadie ha trabajado con la insistencia y con la obsesión que hemos trabajado nosotros durante los últimos años en torno al Medievo y al Renacimiento, con esta pasión con la que lo hemos hecho y sobre todo con este rigor», ha asegurado.
En esta obra de Calderón de la Barca la princesa Lindabridis, para heredar el trono de Tartaria, deberá casarse con un caballero que pueda vencer a su hermano Meridián en un torneo y, para ello, en la búsqueda del marido que mejor se ajuste a sus necesidades, viaja por el mundo en un castillo volador.
«‘El Castillo de Lindabridis’ es una obra muy difícil, pero es que Calderón es muy difícil», ha dicho Zamora al agregar que «no hay mucha gente que quiera embarcarse en la historia de una señora que viene volando por los aires, a no ser que quiera hacer un musical y tenga mucho dinero».
La directora teatral ha contado que en la obra se mezclan como en una turmix el juego calderoniano, la maquinaria escenográfica y la filosofía del pensamiento barroco en un espectáculo que, asegura, no es elitista sino que es para todos los públicos, que «entra por los ojos y por los oídos» y está «defendido en escena por ocho intérpretes maravillosos».
Un elenco de ocho actores y músicos: Miguel Ángel Amor, Mikel Arostegui, Alfonso Barreno, Alba Fresno, Inés González, Paula Iwasaki, Alejandro Pau y Isabel Zamora.
Y es que, una de las reivindicaciones y marca de la casa de la compañía Nao d’amores es la música antigua como parte imprescindible de todo el teatro clásico.

Perder el miedo al verso clásico
Zamora ha detallado que no son una compañía con un club de fans en masa pero que sí que cuentan con un público fiel «que lo ve todo y que ha aprendido la historia de la literatura dramática con nosotros».
La directora teatral entiende el miedo de la gente a ver este tipo de obras en verso clásico, una realidad que para ella está relacionada con que «en este país hemos tardado mucho tiempo en hacer una cuenta pendiente con el verso, con el trabajo de palabra en el Teatro Clásico y todavía nos queda mucho por recorrer».
Por eso, pide a la gente que vaya a ver la obra sin miedo «porque tenemos unos actores que trabajan con una finura absoluta, formados por el mayor experto en voz, palabra y verso, el canario Vicente Fuentes», quien «ha situado España al nivel de los grandes países que aprecian y trabajan con seriedad el Teatro Clásico de su repertorios».
Mujeres independientes
Además ha destacado los personajes de Lindabridis y Claridiana, una princesa de Trinacria, dos mujeres independientes que buscan resolver su propio destino al asegurar que «todo el teatro clásico español está lleno de personajes femeninos impresionantes», pero no hay que «pretender que esos personajes lleven la bandera que hoy llevamos».
«Se nos ha dicho siempre que los autores dramáticos clásicos españoles son muy machistas, que Calderón era misógino», ha dicho al señalar que se trata de tópicos por no saber leer cada cosa en el momento histórico al que corresponde.
Para ella «en el fondo Calderón era un señor muy serio, muy teológico y muy duro en muchas cosas que tienen que ver con cierta parte de sus comedias de capa y espada, pero también era un cachondo mental, solamente hay que ver esta función». EFE