Asunción Pérez posa junto a unos amigos en la terraza de su vivienda, que da directamente a detrás de una portería del estadio de Espiñedo, una vista privilegiada para ver el duelo de la Copa del Rey entre el Arenteiro y el Atlético de Madrid. EFE/Brais Lorenzo

La casa de Asun, un “palco vip” para presenciar el Arenteiro-Atlético

O Carballiño (Ourense), 22 dic (EFE).- Empanada casera, pulpo y carne “o caldeiro”, acompañado de una jugosa bica, café y licores, fue el menú que Asunción Pérez, “Asun”, preparó este jueves para sus invitados, cerca de 30 privilegiados que esta noche presenciarán el histórico partido entre el CD Arenteiro y el Atlético de Madrid desde la terraza de su casa.

Asunción Pérez (i) posa junto a unos amigos en la terraza de su vivienda, que da directamente a detrás de una portería del estadio de Espiñedo, una vista privilegiada para ver el duelo de la Copa del Rey entre el Arenteiro y el Atlético de Madrid. EFE/Brais Lorenzo

Situado detrás de una de las porterías del campo de O Espiñedo, el “palco vip” de la casa de esta vecina de O Carballiño se ha llenado desde muchas horas antes de que los jugadores saltaran al césped.

Primero se construyó el campo de fútbol, y años más tarde las casas, dos viviendas que están prácticamente pegadas. Una tiene un pequeño balcón, nada que ver con la inmensa terraza de Asun, a la que accede desde el salón. Desde allí seguirán el partido de esta noche.

“Es un día de fiesta, y las fiestas se celebran a lo grande”, bromea Asun, para quien el Arenteiro ha devuelto la “alegría” al pueblo con sus éxitos, líder en solitario del grupo I de la Segunda RFEF, campeón de la Copa Federación y rival del Atlético en la segunda eliminatoria de Copa tras doblegar al Almería.

El teléfono de Asun no ha parado de sonar estos días. Muchos periodistas la querían entrevistar, y algunos vecinos le pedían un sitio en su casa porque las entradas se agotaron en apenas una hora.

“Días así salen amigos de debajo de las piedras”, ironiza la veterana aficionada del Arenteiro, mientras unos jóvenes beben unos Gin tonic. “La noche puede ser muy larga”, admite uno de ellos. “Hielos y botellas no faltan en la fiesta”, dice otro.

David Moldes