Imagen de archivo de Hasselbaink (en el suelo), Kiko (c) y Luque, entonces jugadores del Atlético de Madrid, tras consumar su descenso a Segunda División el 7 de mayo de 2002 con un empate 2-2 contra el Real Oviedo ene l Tartiere. EFE/Alberto Morante.

El Atlético, contra el fracaso en un Tartiere desafiante

Oviedo/Madrid, 3 dic (EFE).- Entre la seria duda de Joao Félix y Stefan Savic, fuera de los dos últimos entrenamientos, los dieciseisavos de final de la Copa del Rey contra el Oviedo en el Carlos Tartiere exponen este miércoles a Diego Simeone y al Atlético de Madrid, enfrentados a la presión, a sí mismos y al fracaso que supondría una hipotética eliminación.

Es su oportunidad en la dificultad que ha atravesado este curso. Nítida. Más allá de la ‘norma’ del club de clasificarse entre los cuatro mejores de la tabla en LaLiga Santander para disputar la indispensable Liga de Campeones, aún con la esperanza de apuntarse a última hora a la competencia por la Liga si gana el domingo al Barcelona, la Copa del Rey despierta una ambición desconocida en él desde 2013.

Desde entonces, cuando el gol de Joao Miranda a pase de Koke Resurrección en el Bernabéu impulsó al Atlético a su última Copa, la décima de su historia, y enseñó al mundo el salto que dio después a las órdenes de Simeone, este torneo jamás había sido una prioridad. Siempre lo compitió al máximo, pero siempre con la Liga de Campeones o la Liga como preferencias.

Ahora sí lo es. El club lo proclama, el equipo lo asume y el Oviedo lo comprueba ya este miércoles. Superado el Almazán (0-2), sorteada la visita al Arenteiro (1-3), ahora sube el nivel para el conjunto rojiblanco frente al equipo asturiano; un ‘clásico’ del fútbol español con 86 enfrentamientos, el antepenúltimo de ellos de infame recuerdo para el Atlético.

Porque en el antiguo Carlos Tartiere, el 7 de mayo de 2000, con Luis Aragonés -leyenda para siempre del Atlético- en el banquillo local, con Radomir Antic en el visitante, el equipo madrileño consumó su estrepitoso descenso a Segunda División hace más de 22 años con un 2-2 imborrable. Una catástrofe histórica.

A dos años después, al 5 de mayo de 2002, se remonta el último duelo oficial entre los dos en el Tartiere, hace ya dos décadas, cuando el equipo rojiblanco venció por 2-3, con dos goles de Fernando Correa y uno de Lluis Carreras.

Por aquel entonces ambos militaban en Segunda, pero esa misma temporada el Atleti ascendió de la mano de Luis Aragonés y el Oviedo, a la siguiente, firmó su casi sentencia de muerte, encadenando descensos deportivos y administrativos hasta rozar la desaparición en Tercera, una década después.

Con el cartel de ‘no hay billetes’ por tercera vez en la historia del nuevo Carlos Tartiere (solo lo logró antes en el play-off de ascenso a Segunda ante el Cádiz y frente al Alavés, en el año de su vuelta al fútbol profesional), el Atlético está a años luz de aquel momento, igual que su exigencia, disparada por cómo ha competido entre los mejores desde hace más de una década con Simeone.

Pero su preciado éxito también agranda la presión. Es constante. La eliminación de la Liga de Campeones o estar tan lejos del líder como está ahora, 11 puntos, son un fiasco. Sin ningún matiz. Aún más una eliminación en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey en Oviedo, a donde el Atlético enfoca con las serias dudas de Joao Félix, Stefan Savic y Rodrigo de Paul, a la espera del entrenamiento vespertino de este martes en Majadahonda.

Ni el atacante portugués, goleador el jueves contra el Elche (2-0) y en cuatro de sus últimos cinco encuentros con el Atlético, sin ofertas aún para completar su idea de irse en enero, ni el central montenegrino se han entrenado en las dos últimas sesiones. Han hecho trabajo específico, sin que se deba a ninguna lesión, según el club. De Paul, mientras, sigue con su puesta a punto de las molestias musculares sufridas en Qatar 2022.

Sin contar a ninguno de los tres, el once de Simeone devolverá a la titularidad a Axel Witsel, como central en la línea de cinco atrás que se completará con Marcos Llorente, José María Giménez, Mario Hermoso y Yannick Carrasco, con la alternativa de Nahuel Molina para el carril derecho.

También se prevé a Koke Resurrección en el centro del campo, al lado de Geoffrey Kondogbia y Thomas Lemar. Entre el capitán, más probable, y Pablo Barrios, el chico de 19 años que causa sensación en el reinicio del Atlético, saldrá una de las tres piezas de esa línea. Antoine Griezmann y Álvaro Morata jugarán en el ataque. Si el francés baja al interior izquierdo, Lemar iría al banquillo y Correa acompañaría al internacional español.

Son las opciones (en ninguna de ellas figuran ni Reinildo Mandava y ni Saúl Ñíguez, más suplentes que nunca, según las pruebas del técnico) que maneja Simeone para la visita al Oviedo, en el que Cervera centra su atención en la visita liguera del sábado al Andorra, pero no va a regalar ni mucho menos una Copa que ha llenado ya las arcas del club con el más de medio millón de euros que ha ingresado el Real Oviedo en taquilla.

El técnico cuenta con las bajas seguras de Javi Mier, Miguelón y Borja Sánchez -este último lesionado en la vuelta al trabajo-, y no va a arriesgar con jugadores recién recuperados como Montoro, Sangalli o David Costas, a los que reservará para el sábado ante el Andorra.

El técnico carbayón va a seguir apostando por los menos habituales, salvo algún cambio puntual, y no tratará de quitar el balón a los del Cholo, a los que sí que va intentar “buscarles problemas allí donde los tienen” con el objetivo de marcar primero y discutirle el pase a la siguiente ronda al conjunto madrileño.

– Alineaciones probables:

Real Oviedo: Tomeu Nadal; Lucas, Tarín, Dani Calvo, Bretones; Viti, Mangel, Jimmy o Luismi, Marcelo Flores; Koba y Obeng.

Atlético de Madrid: Oblak; Llorente, Giménez, Witsel, Hermoso, Carrasco; Koke, Kondogbia, Lemar o Griezmann; Griezmann o Correa y Morata.

Árbitro: Muñiz Ruiz (C. Gallego).

Estadio: Carlos Tartiere.

Hora: 20:00.