Los nadadores tinerfeños Sergio Morales y Nazaret Calviche. EFE/ Miguel Barreto

Sergio Morales y Nazaret Calviche, medallistas mundiales con el cloro en las venas

Ivone Palenzuela |

Santa Cruz de Tenerife (EFE).- Sergio Morales y Nazaret Calviche son dos nadadores tinerfeños que luchan contra el paso del tiempo desde su pasión: la natación. Esto les ha llevado a mantener una rutina de locura que sólo se entiende porque cuentan con el cloro en las venas y se tienen el uno al otro para superar los momentos complicados.

Ambos se llevaron una ansiada recompensa a tantos años de dedicación con la celebración del Campeonato del Mundo Máster de Kyushu 2023, en Japón, que se cerró a principios del mes de agosto.

Allí, Sergio Morales conquistó el oro en la prueba de 3 kilómetros en aguas abiertas de la categoría +50 años, mientras que Nazaret Calviche se llevó dos bronces, uno en la misma prueba en modalidad femenina y otro en 800 metros libres en piscina, en las categorías de +35 años.

Los dos nadadores del AD Santa Cruz viajaron a Japón de forma autofinanciada, con el tiempo justo para competir y cumplir un sueño que han arrastrado durante prácticamente todas sus vidas, que es, más o menos, el tiempo que le han dedicado a la piscina.

Mismas instalaciones que sus ídolos

“Sólo hay dos o tres cosas que me hayan hecho sentir tanta emoción en mi vida”, relató a EFE Sergio, que subido al podio de Fukuoka pensó en todo lo que había pasado para llegar hasta allí como su operación de cadera de hace 7 años y todo el trabajo para reconducir su cuerpo.

“El campeonato Máster se organiza justo después del Mundial de Natación de categoría absoluta y competir en la misma instalación que mis ídolos, con la misma cámara de salida, fue alucinante, nadar allí ha sido la mejor experiencia de mi vida”, cuenta Nazaret.

La nadadora sumó la primera medalla para la pareja en una carrera que comenzó en menos de 24 horas de su llegada a Japón y en la que tuvo que sortear con el agua caliente y las medusas, si bien, ante las dificultades, Nazaret simplemente se propuso “prepararse para la siguiente prueba” y terminó obteniendo un resultado mucho mejor de lo esperado ya que, según reconoce, el mar no es su fuerte.

Los nadadores Sergio Morales y Nazaret Calviche posan con sus medallas. EFE/Miguel Barrero

Se emocionó más, si cabe, con la conquista del oro de Sergio, que desde que alcanzó la meta en primera posición entró “en una nebulosa” y apenas recuerda quién le entregó la medalla que le confirmaba como el mejor nadador del mundo en su modalidad y edad.

La aventura se cerró con la segunda medalla de ‘Naza’, que con todas las emociones vividas los días anteriores, se lanzó al agua de la piscina de Fukuoka con toda la intención de colgarse otro metal: “Terminé realmente contenta”, dice.

Pudieron alargar la experiencia en Japón unos días en los que consumieron casi la totalidad de sus vacaciones del año, ya que ambos compaginan el deporte con sus jornadas de trabajo, que en el caso de Nazaret conlleva una carga física muy elevada ya que es monitora en un complejo deportivo, y tras sus entrenamientos en piscina imparte clases.

Falta de apoyo y mejores condiciones

“Tienes que compaginar el entreno con la familia, el trabajo, con los ‘hoy no me apetece pero tengo que ir’”, añaden a la vez que señalan que en la piscina Acidalio Lorenzo de Santa Cruz no cuentan con las mejores condiciones.

“Hemos competido en un Mundial, que se celebra en piscina de 50, entrenando en piscina corta de 25 y no es lo ideal. Para las modalidades de fondo y resistencia, necesitamos piscinas más largas y más apoyo durante la preparación”, manifiestan.

Estas dificultades que conlleva el deporte amateur las han podido superar teniéndose el uno al otro: “Si no fuéramos pareja esto que hemos hecho hubiera sido muy complicado, nos apoyamos el uno en el otro, hacemos equipo, si yo me levanto mal tengo sus ánimos y al revés también”, dice Sergio.

Además, ambos coinciden en que “el gusanillo” de la competición es algo único y en que no es necesario renunciar a ello pese a la edad porque, según comentan, aunque los años pesan, también aportan una valiosa experiencia.

En el horizonte más cercano, Sergio se postula como el claro favorito para terminar la temporada como campeón de España de su categoría, mientras que Nazaret seguirá compaginando la competición máster de +35 con participaciones en la categoría absoluta.

“En Máster hay que ir año a año, las categorías se dividen en ciclos de cinco años y lo normal es aprovechar ser el más joven para las grandes competiciones, no obstante, durante este ciclo te tienes que mantener”, indica Sergio.

Tras haber logrado con creces sus objetivos irán con calma pero siempre con la vista puesta en el siguiente sueño, que tal vez tenga lugar en el 2028, año en el que ya se plantean repetir experiencia. EFE