El escalador Alberto Ginés, oro olímpico en Tokio, se prepara para los Juegos de Los Ángeles 2028. EFE/Marta Pérez

Alberto Ginés: «Después de Tokio, aprendí que hay que rodearse bien para no atontarte»

Víctor Martí

Barcelona, (EFE).- Han pasado ya más de cuatro años desde que el nombre del escalador extremeño Alberto Ginés (Cáceres, 2002) apareciera, casi por sorpresa, en el panorama deportivo español gracias al oro que consiguió en los Juegos Olímpicos de Tokio, un éxito que, según explica en una entrevista con EFE, le sirvió para aprender de la importancia de rodearse de un buen entorno.

A sus 22 años, Ginés afronta con tranquilidad y madurez la siguiente cita olímpica, Los Ángeles 2028, donde podrá prepararse únicamente para la disciplina de dificultad, su especialidad, algo que no sucedió ni en Tokio 2021, cuando tuvo que realizar bloque, dificultad y velocidad, ni en París, donde compitió en dificultad y bloque.

«Las perspectivas son buenas» para Los Ángeles 2028

«Este nuevo formato me da un poco más de esperanza. El bloque me lastraba muchísimo y dependía mucho de la ronda que me tocase. Yo soy especialista en cuerda y es lo que me gusta. Bloque lo hacía por y para ir a los Juegos Olímpicos, no era algo con lo que disfrutara muchísimo», comenta.

Por ello, considera que «las perspectivas son buenas» con vistas a la próxima cita olímpica, si bien avisa de que todavía quedan casi tres años y «puede pasar cualquier cosa».

Tras el oro olímpico en Tokio, el escalador Alberto Ginés destaca la importancia de rodearse de un buen entorno. EFE/Marta Pérez

Lo que aprendió tras el oro conseguido en Tokio

Lejos queda la presea que se colgó en la capital nipona en agosto de 2021, con la que estrenó el palmarés de la escalada deportiva en unos Juegos Olímpicos con tan sólo 18 años.

De aquella hazaña, el escalador cacereño sacó algunos aprendizajes. «Lo que más aprendí después de Tokio es que tienes que estar muy bien rodeado para poder reconducirte y que la fama no te atonte. Seguir con la gente de siempre, que te quiere de verdad, es muy importante», reflexiona.

Cuenta Ginés que, «en esencia», es el mismo chaval que se colgó ese oro, pero le gusta pensar que «es una persona diferente» que cuando tenía 18 años. «Si cuatro años después no hubiera cambiado en nada, tendría un problema», añade con una sonrisa.

Su afición por la lectura y la cocina

Como hace cuatro años, a este deportista de alto rendimiento le sigue gustando jugar a videojuegos, aunque en los últimos dos años ha recuperado el interés por la lectura para reducir la horas conectado a una pantalla.

«Leer me ayuda mucho a no estar con el móvil, creo que es un problema generacional. He pasado de estar ocho horas al día con el móvil, incluso más, a estar dos o tres, que sigue siendo bastante, pero es menos que antes», reconoce.

Entre los autores que ha leído en los últimos meses destacan títulos de la coreana Han Kang, premio Nobel de 2024, el asturiano Jon Bilbao o el clásico Fiódor Dostoyevski, sin despreciar los superventas de Joel Dicker o Brandon Sanderson para «oxigenar la cabeza».

También le gusta cocinar para los demás, algo que ahora que vive con su pareja puede hacer a menudo. «Según ella, la tortilla de patatas con cebolla es mi plato estrella», apunta.

El rocódromo del CAR, el nuevo jardín de Ginés

Todo ello con una rutina de entrenamiento distinta a la que tenía en los dos anteriores ciclos olímpicos. Y es que desde hace más de un año, el CAR de Sant Cugat ya cuenta con un rocódromo y otras instalaciones adecuadas para los talentos de este joven deporte olímpico.

«Antes, si quería hacer cuerda, lo más cercano que tenía en Barcelona para hacer vías de calidad y que me supusiera un reto de verdad, era conducir 5 horas hasta Valence (Francia) o coger un avión e irme a Austria. Ahora puedo conducir cinco minutos, hacer vías de verdad y competir. Es mucho más cómodo», explica.

En este sentido, resalta: «Yo antes competía habiendo hecho dos vías antes de cada competición y ahora hago cientos de vías antes de competir».

El escalador Alberto Ginés, oro olímpico en Tokio, defiende que España debe invertir más en los jóvenes. EFE/Marta Pérez

El deporte español debe apostar por la base

Gracias, en parte, a su éxito, la escalada deportiva ha crecido mucho en el último lustro, si bien, en su opinión, sigue estando lejos de potencias como Japón o Francia.

«En lo que nos sacan ventaja países como Francia o Japón es que tienen la mejor cantera del mundo. Es más difícil ganar un campeonato de Japón que un Mundial, porque la densidad de deportistas ahí es enorme», apunta.

Y cuestiona el modelo deportivo español basado en apostar «por aquel atleta que da resultados» y no en apoyar la base: «Cuanta más gente joven empiece a escalar, más posibilidades hay de que salga un deportista de ahí, pero sin un apoyo o una base construida alrededor de las federaciones, con la selección española como centro, es muy complicado».

«Saldrá algún ‘champiñón’ y, cuando esa persona deje de competir, existirá un vacío hasta que otro atleta vuelva a aparecer. En casi todos los deportes funcionamos así y creo que eso debería cambiar», añade.

Trabajar en silencio para que «el ruido» lo hagan sus resultados

Ginés terminó la presente temporada como campeón de la Copa del Mundo de dificultad pero no pudo poner la guinda con una medalla en el Campeonato del Mundo celebrado en Corea, donde, según recuerda, no la consiguió por pequeños detalles.

«Hubo pequeños errores técnicos y en la final llegué un poco más cansado que los demás pero, a grandes rasgos, tenemos que mejorar la estrategia para escalar y ojalá el año que viene se note», argumenta.

Y, para ello, se aplica la máxima de trabajar en silencio con el objetivo de que «el ruido» lo hagan sus resultados. «A mí y a mi equipo no nos gusta prometer resultados; preferimos hacerlos y luego hablar de lo que hemos hecho», concluye. EFE