Barcelona (EFE).- El 4,1 % de los turistas que visitarán Barcelona este año serán cruceristas y dejarán en la ciudad el 13 % de la recaudación de la tasa turística que va a parar al ayuntamiento, según la estimación de un estudio de la Universidad de Barcelona por encargo de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA).
En el estudio, presentado este jueves por el catedrático de Economía Aplicada de la UB Jordi Suriñach, la estimación de lo que recaudará el Ayuntamiento de Barcelona de los cruceristas se multiplica aproximadamente por seis entre 2019 y 2023-2024, hasta alcanzar los 8 y 9 millones de euros, respectivamente.
Este importe incluye la parte de la tasa turística que va a parar al consistorio, 50 %, y el recargo municipal que aplica el ayuntamiento desde 2021.
Suriñach ha destacado que la actividad crucerística es el único medio de transporte que paga el impuesto turístico en Barcelona y ha recalcado que, en 2019, la recaudación de esta tasa asociada a los cruceristas por parte del consistorio fue del 8,4 % del total.
Si la actividad turística se mantiene similar a la del año 2019, esta cifra aumentará al 13 % del total este año, debido al recargo municipal que se aplica.
CLIA pide un análisis riguroso sobre la congestión turística
El director de CLIA en España, Alfredo Serrano, ha entrado en el debate de la congestión turística y ha dicho que los cruceristas sólo serían responsables del 4,1 % de la misma, ya que es el porcentaje que suponen respecto al conjunto del turismo en la ciudad.
Los cruceristas que llegaron a Barcelona en 2019 contabilizados en el estudio fueron 2,2 millones, mientras que 3,1 millones son los movimientos de embarque y desembarque generados por los mismos. “No se puede contar dos veces a la misma persona que embarca y desembarca”, ha dicho.
Serrano ha pedido que se dejan de lado las opiniones “basadas en anécdotas” y ha apuntado que cuando se habla de que han llegado 400.000 turistas a Barcelona en un mes “no es verdad”, porque lo que ha habido son 400.000 movimientos, por lo que ha insistido en pedir “rigor” a la hora de abordar los datos.
Ha pedido al ayuntamiento que elabore un plan que aborde todo el turismo y diga si se está generando algo de congestión vinculada a los cruceros -“que creemos que no”- y les concrete en qué momentos y sitios se produce para informar a los cruceristas y que puedan evitarla.
A la vez, ha demandado una mayor “transparencia” sobre la tasa turística, para que los ciudadanos sepan realmente dónde va a parar el dinero que dejan los impuestos que pagan los cruceristas.
El estudio de la UE apunta que la industria de cruceros ha crecido en Barcelona significativamente menos que el resto del turismo, con un crecimiento anual del 3,1 % entre 2010 y 2019, frente al 4,5 % de las pernoctaciones turísticas en la ciudad y el 8 % de incremento de pasajeros llegados en avión en el mismo período.
Entre los cruceristas predominan los procedentes de EEUU y Canadá, cuyo gasto es superior al resto de los turistas, 187 euros por día frente a los 138 euros por día del resto de visitantes.
Septiembre y octubre, los meses con mayor afluencia
Otro dato que destaca el informe es la “desestacionalización” que aporta este tipo de turismo, ya que los meses de septiembre y octubre registran los mayores porcentajes de afluencia, 5,6 % y 5,3 %, respectivamente.
Suriñach ha recordado los estudios realizados en 2016 y 2018 para destacar el importante impacto económico que tienen los cruceros en la ciudad, que alcanzó los 1.000 millones de euros en 2016 con 9.000 puestos de trabajo generados con esta actividad.
Sobre la petición del Ayuntamiento de Barcelona para limitar el número de cruceros, Serrano ha asegurado que ya está limitado a raíz del acuerdo al que llegó el consistorio y la autoridad portuaria para reducir de ocho a siete el número de terminales y el plan para alejar los cruceros de la ciudad, lo que ha supuesto que el número de escalas esté estabilizado en unas 800 escalas.
Serrano se ha mostrado dispuesto a “seguir colaborando” con las administraciones para maximizar las ventajas del turismo de crucero y minimizar las externalidades negativas del mismo.
Sobre la sequía y la sostenibilidad, ha dicho que el 80 % de los barcos que atracan en Barcelona se autoabastecen de agua, que los cruceristas consumen 27 litros de agua diarios, frente a los 106 litros de media de los residente, y que el 35 % de los turistas que llegarán este año lo harán a bordo de un barco propulsado por gas natural licuado, el combustible marino más sostenible.
