Bilbao (EFE).- La comisión investigadora de abusos sexuales en el ámbito eclesiástico puesta en marcha en la Diócesis de Bilbao ha abierto un total de 32 expedientes, de los que 18 casos corresponden a congregaciones religiosas y 14 a sacerdotes diocesanos ya fallecidos.
Dicha comisión se ha entrevistado con más de 50 víctimas en el transcurso de las indagaciones, pero el número real sería mucho más elevado y no se ha podido establecer ya que algunas no quieren hablar con la Iglesia “por desconfianza” y otras prefieren no recordar lo sucedido.
El presbítero Carlos Olabarri y la abogada Gemma Escapa, director e integrante de la denominada Comisión para la Protección de Menores y Prevención de Abusos Sexuales en la Diócesis de Bilbao, han comparecido este miércoles en conferencia de prensa para dar cuenta de la memoria de actividad desde que se creó este órgano en 2019.
Tres abogados, una educadora, una psicóloga y un exertzaina completan esta comisión, cuyo trabajo es recibir denuncias, derivarlas si procede a fiscalía, y atender y proponer ayuda psicológica a las víctimas si así lo requieren.
Tras reconocer que “se han cometido abusos sexuales en la Iglesia y que cualquier número de víctimas ya es demasiado”, Olabarri ha iniciado su intervención pidiendo perdón a todos los abusados y animando a quienes aún no han denunciado a que lo hagan, bien ante la comisión o bien ante instancias civiles.
Total 32 expedientes
Desde que comenzó su trabajo, la Comisión ha abierto un total de 32 expedientes, que afectan en algunos casos a varias víctimas.
Del total, 18 están relacionados con órdenes religiosas, y se tramitan directamente por dichas congregaciones.
Otras 14 son relativas a 14 sacerdotes diocesanos ya fallecidos, aunque han detectado a otros dos que no han podido ser identificados.
A día de hoy, dieciséis asuntos están cerrados, lo que quiere decir que “se ha terminado la escucha a la víctima y de momento no se han determinado acciones concretas a llevar a cabo”, según ha explicado Escapa.
Otros catorce permanecen abiertos, lo que significa que todavía queda algún trámite pendiente. Tres casos se han denunciado en Fiscalía, dos de ellos pese a ser hechos prescritos, y el tercero ha sido archivado provisionalmente por el juzgado.
El centro de orientación familiar diocesano Lagungo ha intervenido en ocho casos del total.
La Misericordia y el Seminario
Entre los 32 expedientes figuran dos informes concretos: uno de ellos sobre la Casa de la Misericordia de Bilbao, elaborado por la Universidad del País Vasco (UPV/EGU), y otro sobre el Seminario de Derio (Bizkaia), encargado a la Universidad de Deusto.
En La Misericordia se ha identificado a un agresor y cinco víctimas -“aunque pueden ser muchas más”, según han reiterado- entre los años 1961 y 1978.
Todas las víctimas son varones y en el momento de los abusos tendrían entre 10 o 13 años.
En Derio se han identificado tres agresores y cuatro víctimas. Entre 1953 y 1956, uno de los agresores ejercía de director espiritual de los alumnos más jóvenes (11-12 años) y fue trasladado finalmente a las misiones de Ecuador.
Según se señala en el informe “es razonable aceptar que los responsables del Seminario y de la Diócesis tuvieron conocimiento de los abusos y ese fue el motivo de su salida en 1956. No consta ni procedimiento sancionador, ni medida disciplinaria en su contra”.
Denuncias verosímiles
En el mismo seminario y ya en la década de los 60 del siglo pasado, se han recogido “denuncias verosímiles” sobre otros dos sacerdotes profesores del Seminario Menor.
Tanto en La Misericordia como en Derio, las víctimas entrevistadas reclaman a la Iglesia el reconocimiento de los abusos, la petición de perdón y “que se tomen medidas eficaces para evitar que se reproduzcan estos hechos”.
Sobre la posibilidad de iniciar procesos de justicia restaurativa, Carlos Olabarri y Gemma Escapa han indicado que no corresponde a la Comisión iniciar esos procesos entre víctimas y agresores, aunque les consta que algunas asociaciones u otras diócesis trabajan en esa línea.
Olabarri también ha precisado que el próximo 24 de marzo se celebrará un acto en la Catedral de Bilbao, presidido por el obispo, Joseba Segura, en el que la Iglesia de Bizkaia pedirá perdón “ante Dios y ante la sociedad” a todas las víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia.
