Imagen de archivo de naves de la Armada que participaron en el ejercicio FLOTEX-23, en el puerto de Alicante el pasado mes de junio. EFE/Morell

La Armada apuesta por los drones

Teresa Díaz |

Madrid (EFE).- La apuesta de la Armada española por dotarse de vehículos no tripulados terrestres, aéreos y submarinos es firme. Ya ha iniciado un progresivo proceso de adquisición de estos drones y, para impulsarlo, participa en ejercicios de experimentación operativa a nivel nacional, así como con otros países y con la OTAN.

El objetivo es ser “plenamente conscientes” de las capacidades que aportan estos drones y, a la vez, orientar a la industria española de defensa sobre los requisitos y necesidades en este campo, han informado a EFE fuentes de la Armada.

Cuatro drones españoles en el ejército más importante de la flota

Este año, el ejercicio Flotex-23, el más importante de la Flota, que se ha desarrollado entre el 5 y el 16 de junio en el Mediterráneo occidental, ha incluido cuatros vehículos no tripulados, todos ellos diseñados por empresas españolas, un ejemplo del apoyo mutuo de la Armada y la industria de defensa nacional para el desarrollo tecnológico, han precisado las fuentes.

El operativo ha contado, además, con más de 4.500 efectivos, 21 buques, 1 submarino, 18 aeronaves y 80 vehículos de Infantería de Marina. Han participado unidades de Canadá, Francia, Grecia, Italia, Letonia, Portugal, Turquía y Estados Unidos.

Esta fuerza naval ha ejecutado operaciones multidominio en un escenario de media y alta intensidad para hacer frente a amenazas tanto asimétricas como convencionales y ha permitido experimentar con drones, entre ellos el Sead 23, un vehículo no tripulado de superficie.

A bordo del portaaviones Juan Carlos I, se ha utilizado para operaciones de búsqueda de información y de apoyo previo a desembarcos anfibios.

En la fragata Santa María, el Kaluga, una plataforma neumática impulsada por un motor fueraborda, ha realizado labores de inteligencia, escolta y protección de la flota.

El dron Tizona, que tiene capacidad para operar en enjambre y puede despegar y aterrizar verticalmente, ha operado desde el buque de asalto anfibio Castilla.

Además, en el buque de acción marítima Furor, el dron aéreo M5D-Airfox ha llevado a cabo operaciones de vigilancia marítima y detección de objetivos.

El empleo de estos drones en este ejercicio reporta beneficios a la Armada, ya que le permite un mayor conocimiento de sus capacidades y, por otro lado, ofrece una ventaja a la industria de defensa nacional al darle la oportunidad de conocer las necesidades que demandan los militares de cara a desarrollar nuevos diseños, ha señalado a EFE el capitán de corbeta Fernando Quirós, del Estado Mayor de la Armada.

Dos años experimentando con drones

La marina española lleva dos años experimentando cómo integrar drones en las operaciones navales convencionales. Lo ha hecho en ejercicios internacionales que se desarrollan en aguas de Portugal, el Rep Mus, liderado por este país, y el Dynamic Messenger de la OTAN, en los que ya participaron estos mismos vehículos no tripulados.

No quiere quedarse atrás en los nuevos avances tecnológicos en el campo de los drones, como son la potenciación de la capacidad de operar de manera autónoma o la aplicación de la inteligencia artificial, según Quirós.

Y es que ya han demostrado su utilidad, por lo que “desde la Armada tenemos interés en experimentar para saber qué pueden aportar, cómo se pueden utilizar y empezar a concienciar a las dotaciones de que el futuro va por ahí”, ha asegurado.

Entre las ventajas que se han observado, el capitán de corbeta ha citado el hecho de que son capaces, mediante sensores, de detectar objetivos a distancia del barco y que, al no ser tripulados, se pueden dedicar a acciones que entrañen un determinado riesgo sin exponer vidas humanas.

Adquisición progresiva en paralelo a la experimentación

Incorporar estos sistemas a la Armada puede tener un efecto “multiplicador” de sus capacidades, con lo que podrían ayudar a su eficacia y eficiencia, ha apuntado Quirós, quien, no obstante, ha incidido en que están aún en una fase inicial y deben desarrollarse.

El proceso de adquisición de nuevos drones por parte de la Armada se está realizando de manera progresiva en paralelo con la experimentación de los mismos en ejercicios militares, si bien ya cuenta con algunos vehículos no tripulados aéreos que se emplean fundamentalmente para misiones de vigilancia y reconocimiento.

Actualmente dispone de 12 aeronaves Scan Eagle, pequeños vehículos aéreos no tripulados de gran autonomía (más de 20 horas) que pueden volar por encima de los 5.000 metros.

Están en servicio en la Undécima Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves, que se ubica en Torregorda (Cádiz), y operan a bordo de buques desplegados en el Océano Índico, en la operación Atalanta contra la piratería, y en la misión española en Irak.