En la imagen, agentes de la Policía Nacional de Madrid del Grupo XXI especializado en la lucha contra los robos por alunizaje. EFE/ Policía Nacional

Veinte policías, el freno de los ladrones más experimentados en la cuna del alunizaje

Jose F. Sánchez |

Madrid (EFE).- El Goyito, el Niño Juan o el Piojo son algunos de los pseudónimos de famosos aluniceros que figuran en la lista de “trofeos” -en forma de múltiples detenciones- del Grupo XXI de la Policía Nacional en Madrid, un equipo de una veintena de agentes que son el freno de los delincuentes más experimentados en la cuna española del alunizaje.

Entre esos policías cuyo trabajo requiere una “dedicación exclusiva” están Borja y Moisés, quienes también destacan en una entrevista con EFE el “compañerismo” que existe en un grupo tan exigente por la “presión” de la inseguridad que generan los delitos que tratan de esclarecer.

Disponibilidad ante este tipo de delincuencia

“El tipo de delincuencia -el robo organizado en establecimientos, en vehículos de transporte o los asaltos con explosivos en cajeros automáticos- te obliga a tener una disponibilidad que no es tan necesaria en otros grupos de investigación”, afirma Borja desde su particular centro de operaciones, en cuyas esquinas aún se amontonan algunos de los efectos intervenidos al Niño Juan, recientemente detenido.

Como ejemplo ponen a uno de sus compañeros que lleva varias semanas de baja por paternidad, pero que seguía la actualidad del grupo a través de su chat de Whatsapp y apareció en una entrada y registro sin recibir orden o petición alguna.

Enfrente tienen a la delincuencia más especializada, la de varias generaciones de aluniceros y atracadores que en las últimas décadas han hecho de la Comunidad de Madrid, especialmente de los barrios del sur de la capital, la cuna de los robos protagonizados por conductores al volante de coches de alta gama.

POLICIAS ALUNIZAJE
Fotografía facilitada por la Policía Nacional tras la desarticulación de una banda de ‘aluniceros’ en la Comunidad de Madrid, en una imagen de archivo. EFE

Veteranos como el propio Niño Juan, arrestado por enésima vez el pasado mes de junio tras robar junto a su banda más de 1,3 millones de euros en móviles en una nave de logística, continúan en las calles mientras los jóvenes que siguen sus pasos se estrenan con sus primeros “palos” (robos).

En barrios desfavorecidos con prendas de lujo

“Viven en los barrios más desfavorecidos de Madrid, pero van a la calle Serrano a comprar en Gucci o Louis Vuitton”. Así define Moisés, uno de los integrantes más experimentados del Grupo XXI, el estilo de vida de los aluniceros más famosos.

Estos policías los conocen de cerca y marcan un perfil: “jóvenes, nacidos en familias desestructuradas, ostentosos, sin aprecio por el dinero y sostenidos por su entorno más cercano”.

En el “mundillo” todos se conocen, ya sea por las relaciones familiares que existen entre algunos de ellos o por los lazos estrechados en reservados de discotecas y en prisión, por donde la mayoría ha pasado en algún momento de su vida dedicada a la delincuencia.

Sin embargo, “cada vez es más complicado conseguir condenas”, lamenta Borja, ya que, según explica, los malhechores van “sofisticando” sus medidas de seguridad, aunque los agentes del Grupo XXI tratan de “ir a la par o, al menos, sólo un pasito por detrás”.

Delincuentes idealizados

Una de las particularidades de estos aluniceros y atracadores es su repercusión mediática, algo que a algunos, sobre todo a los jóvenes, “les atrae”.

Los más inexpertos también “sueñan”, según afirman Borja y Moisés, con dar “palos” de la mano de los delincuentes más famosos, pero ambos agentes coinciden al concluir que están “idealizados”.

“Los mejores están aquí (en Madrid), pero nosotros conocemos sus rutinas y sabemos dónde son más vulnerables”, añade Moisés.

Algunos de los aluniceros más veteranos continúan en ese “bucle” de asaltos, investigaciones y detenciones contra el que lucha este grupo de la Jefatura de Policía de Madrid, ya que “les sale rentable”, aunque “hay noches que salen a deber”, es decir, se gastan más que el valor de lo que han robado, desliza uno de los agentes.

En el lado opuesto a esa rueda de la delincuencia estará siempre el Grupo XXI, un equipo especial al que, gracias al éxito de sus operaciones, van queriendo unirse más policías.