Una concentración de funcionarios de prisiones ante el Departamento de Justicia, tras el asesinato de una cocinera en una prisión de Tarragona. EFE/Quique García

El preso que mató a la cocinera en la cárcel de Tarragona fue evaluado 14 veces y mostraba buena evolución

Barcelona (EFE).- La junta de tratamiento de la cárcel de Mas d’Enric (Tarragona) evaluó hasta 14 veces la evolución del interno que asesinó el 13 de marzo a una cocinera y luego se suicidó, a quien, ante su buena conducta y desarrollo, se le permitió la incorporación en distintos servicios auxiliares.

En su comparecencia este jueves ante la Diputación Permanente del Parlament, la consellera de Justicia de la Generalitat, Gemma Ubasart, ha subrayado que el preso evolucionaba favorablemente, salvo por un incidente consistente en un puñetazo a otro reo en octubre de 2023.

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La consellera de Justicia de la Generalitat, Gemma Ubasart, junto al secretario de Medidas Penales, Rehabilitación y Atención a las Víctimas, Amand Calderó, durante su comparecencia. EFE/Andreu Dalmau

Además, Ubasart ha añadido que hasta la fecha “no consta ninguna queja formal ni informal de la cocinera respecto del interno”, quien además no sufría patologías mentales, a la vez que ha indicado que el recluso trabajó con la víctima un total de 3 años y nueve meses, en dos periodos distintos.

La consellera ha indicado que, aunque “el riesgo cero no existe, con la información recopilada hasta el día de hoy y la evidencia empírica de los miles de casos similares que han pasado por el sistema era difícilmente previsible el desenlace fatal del 13 de marzo”.

“La mayoría de indicios eran positivos”

Ha explicado que la incorporación de presos en el Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE) se basa siempre en criterios de evaluación del riesgo y de la evolución positiva del recluso.

En el caso del preso que asesinó a la trabajadora, ha dicho, “la mayoría de indicios de observación, de rehabilitación y de evaluación del riesgo eran positivos”, ya que todos los profesionales habían informado de la “buena conducta” del interno y, además, las valoraciones en cuanto a motivación y rendimiento “eran las más altas”.

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Varios funcionarios de prisiones protestan este jueves ante el Parlament para pedir de nuevo la dimisión de la consellera de Justicia, Gemma Ubasart. EFE/Andreu Dalmau

En este sentido, ha señalado que la participación de este preso en los servicios auxiliares y en la cocina del CIRE se desarrolló sin “ningún incidente remarcable” y que su trayectoria en el centro penitenciario avala este hecho, en base a varios factores como haber reconocido los hechos por los que fue condenado -once años por asesinar a una mujer prostituida-, la buena conducta mostrada en la cárcel o su motivación, dedicación y rendimiento en las actividades en las que participó.

Trabajó en talleres y otras actividades

En concreto, ha relatado la consellera, este preso participó en actividades de la prisión en dos periodos: en un primer momento, desde su ingreso en la cárcel en 2016 hasta febrero de 2018 trabajó en talleres productivos manipulados y en actividades artísticas y deportivas.

Según Ubasart, durante estas actividades, los profesionales no detectaron en el reo “ninguna dificultad en el control de los impulsos ni ninguna conducta violenta, sino que se valoró una conducta del todo favorable”.

Por ello, en un segundo periodo comenzó a trabajar en la cocina, donde ejerció primero de auxiliar y después como operario superior, y en la que los cuchillos y otras herramientas están en un armario, una especie de bunker, en custodia bajo llave de los funcionarios, que se entregan a los presos para desempeñar su labor y, una vez finalizada, vuelven a depositarse en el mismo, ha explicado la consellera.

En su trabajo en la cocina, y hasta el día del crimen, presentaba “una conducta totalmente adaptada” y unos “comportamientos correctos”, indicaban las evaluaciones de los profesionales.

Una concentración de funcionarios de prisiones tras el asesinato de una cocinera a manos de un preso en una cárcel de Tarragona.
Una concentración de funcionarios de prisiones tras el asesinato de una cocinera a manos de un preso en una cárcel de Tarragona. EFE/Alejandro Garcia

En la escena del asesinato, la cocina, el interno coincidió con la mujer a la que asesinó durante tres años y nueve meses: entre el 7 de mayo de 2020 y el 7 de noviembre de 2023, en un primer periodo, y después entre el 5 de enero de 2024 y el 13 de marzo de 2024, cuando la mató

El Riscanvi, que tiene en cuenta hasta 43 factores de riesgo sobre la probabilidad de que un recluso se comporte de forma violenta contra otros internos o funcionarios, determinó durante toda la trayectoria penitenciaria que en el caso de este preso “era bajo”, con la excepción de una valoración hecha en 2020, que concluyó un “riesgo medio”.