A Coruña (EFE).- Las familias de los tres españoles que fallecieron en el naufragio del pesquero ‘Argos Georgia’ en las islas Malvinas hace casi un mes han recibido este lunes sus cuerpos en el Aeropuerto de Alvedro, en A Coruña, desde donde han salido en coches fúnebres hacia los lugares donde les darán el último adiós.
Algunos familiares han acudido a las instalaciones aeroportuarias para acompañar desde allí a Santiago Leyenda, cocinero principal de la embarcación, de Baiona (Pontevedra); César Acevedo, patrón de pesca del barco, de Vigo, y Antonio Barreiro, segundo ingeniero del buque, de Noia (A Coruña).
Les han acompañado en la terminal de carga el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, y el conselleiro do Mar, Alfonso Villares.
Los restos mortales de los tres tripulantes viajaron en avión desde Inglaterra, donde fueron sometidos a exámenes forenses principios de mes, hasta A Coruña, adonde llegaron en un vuelo comercial procedente de Madrid que aterrizó al filo de las 17:00 horas, con algo más de cinco minutos de antelación.
Los contenedores en los que llegaron a Alvedro pasaron a la terminal de carga del aeropuerto, a la que media hora después accedieron los tres coches fúnebres. Minutos antes de las 18:00 horas, abandonaron las instalaciones aeroportuarias.

Sus familiares los velarán en la intimidad y en el caso de Santiago Leyenda, que hoy habría cumplido 40 años, la familia ha solicitado expresamente velarle sin visitas este lunes, pero abrirán el velatorio el martes en Baiona para que los amigos puedan también darle el último adiós. Así, a las 18:00 horas se celebrará un funeral en la iglesia de Santa María y, posteriormente, será enterrado en el cementerio de la localidad pontevedresa.
14 personas sobrevivieron al naufragio, 9 murieron
El pesquero se hundió en las Malvinas el 22 de julio, catorce personas lograron sobrevivir –seis españoles– y nueve tripulantes murieron, entre ellos los tres gallegos.
Otros cuatro no han aparecido, entre los que se encuentra el también gallego Juan Antonio García Rey, relevo de máquinas, de Ribeira (A Coruña).
Los supervivientes españoles fueron repatriados el 28 de julio, menos de una semana después del naufragio, pero los cuerpos de las víctimas mortales no pudieron ser trasladados en el avión militar que fletó entonces el Gobierno de España debido a los protocolos exigidos por las autoridades británicas.