Madrid (EFE).- El empresario Antxon Alonso ha reconocido al juez que el exsecretario de organización del PSOE Santos Cerdán firmó un documento para convertirse en socio de la empresa Servinabar, pero que nunca se ejecutó, y ha situado al ex asesor Koldo García como comisionista para obra privada antes de llegar al Ministerio.
Alonso ha comparecido este lunes como investigado ante el juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente junto a Fernando Agustín Merino, que ocupó diversos cargos en Acciona y que fue despedido en 2021.
Al término de sus declaraciones, en las que ambos han negado el pago de ‘mordidas’ a la trama por adjudicaciones públicas, el fiscal ha pedido al juez que les imponga como medida cautelares la retirada del pasaporte y comparecencias quincenales ante el jugado.
El nombre de Antxon Alonso aparece en el informe de la UCO que destapó el papel de Cerdán en la trama, en particular por un contrato privado de 2016, hallado en el registro de su vivienda, en el que Cerdán adquiría casi la mitad de participaciones de Servinabar.

Pero en su comparecencia en el Tribunal Supremo, en la que solo ha respondido a su defensa, ha confirmado la versión de Cerdán, esto es, que el ex dirigente socialista firmó el polémico documento, en un momento -2016- en el que pensó en abandonar la política y él le ofreció la opción de ser socios, si bien Cerdán finalmente dio marcha atrás y rompió su documento. Alonso, en cambio, lo guardó en el trastero dejando claro, eso sí, que no tenía ningún valor.
De Servinabar, fundada en 2015 para un proyecto en una mina, ha subrayado que siempre hizo obra privada y que la UCO no aprecia irregularidad alguna en la única obra pública que consiguió. Operaba en Navarra, si bien desconoce si Koldo le llamaba ‘guipuchi’, como figura en los audios y mensajes, porque él es de Vizcaya.
Un exdirectivo de Acciona niega las mordidas
Por su parte, Merino, de quien la UCO destacó su posible influencia sobre Koldo para conseguir obra pública, ha negado haber pagado mordidas a Santos Cerdán, Ábalos o ningún investigado, y ha subrayado que no tenía capacidad de decisión sobre las obras a las que se presentaba Acciona o las empresas con las que concurría en UTE. Él, ha dicho, reportaba al jefe de zona Norte en la empresa.
Entre estas empresas con las que Acciona concurrió en UTE estaba Servinabar y, según Merino, se presentaron con ella porque era una constructora local y era una «práctica habitual» que para obtener adjudicaciones se implique a una empresa de la zona, añaden las fuentes.

Merino, que ha contestado a su abogado, al fiscal y al juez, ha explicado que conoció a Cerdán en 2014, en una ronda de presentaciones habitual con los «agentes sociales». Entonces, ha dicho, Cerdán estaba en la oposición en el Parlamento navarro y nunca cenó con él; quizá -ha reconocido- alguna vez se tomó un «pincho».
Ha señalado que las obras del ámbito nacional que adjudicaba el Ministerio no le competían, ha rechazado que algunas de las que se investigan entren en su ámbito de actuación y ha dicho que otras que aparecen en el informe de la UCO son privadas.