Imagen de archivo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Palacio de la Moncloa. EFE/ Javier Lizón

Sánchez llega a los dos años desde su última investidura decidido a seguir, pese a la retirada del apoyo de Junts

José Miguel Blanco |

Madrid (EFE).- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llega este domingo a los dos años desde su última investidura decidido a agotar la legislatura pese a que Junts, que resultó clave para que fuera nombrado de nuevo jefe del Ejecutivo, haya decidido retirarle su apoyo.

El 16 de noviembre de 2023, casi cuatro meses después de las elecciones generales de ese año, Sánchez consiguió la mayoría absoluta del Congreso para renovar su cargo y mantenerse en el Palacio de la Moncloa.

Pedro Sánchez en el Palacio de la Moncloa, en Madrid, en una imagen de archivo. EFE/Borja Sánchez-Trillo

Lo logró tras una serie de negociaciones con varios grupos parlamentarios que le permitieron obtener el respaldo de los diputados de PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, BNG y Coalición Canaria (179 en total) frente a los del PP, Vox y UPN (171).

Si los socialistas resaltaron entonces la importancia de todas las negociaciones, especialmente decisivas fueron las mantenidas con dos partidos independentistas como Esquerra y la formación de Carles Puigdemont.

Sobre todo con Junts, que se abrió al acuerdo tras garantizar Sánchez una amnistía que fue aprobada en el Congreso pero de la que aún Puigdemont no se ha podido beneficiar.

Influencia de Cerdán

Ese hecho es una de las claves por las que, dos años después, Junts ha decidido dar por roto de forma irreversible el acuerdo con el PSOE y llegar incluso a avanzar que presentará enmiendas de totalidad a todas las iniciativas legislativas del Gobierno que lleguen al Congreso.

Imagen de archivo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso. EFE/Mariscal POOL

El partido de Puigdemont habla de más incumplimientos, como el traspaso a Cataluña de la competencia en materia de inmigración, el uso del catalán en las instituciones europeas, la no publicación de las balanzas fiscales o la falta de inversiones.

Pero la decisión se ha adoptado también desde el punto de vista de la estrategia política ante el auge de Aliança Catalana.

En el debate de su última investidura, Sánchez garantizó que cumpliría los acuerdos a los que había llegado con los distintos partidos, y la portavoz de Junts, Miriam Nogueras, ya le advirtió de que lo hiciera y no tentara a la suerte.

Ahora ha llegado una ruptura en la que hay voces, como la del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que reconocen públicamente que ha influido también todo lo ocurrido con el ex secretario de Organización del PSOE Santos Cerdán, que encabezaba en nombre de los socialistas los contactos con Puigdemont.

Seguir como capitán

Imagen de archivo de Pedro Sánchez y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en un acto del PSOE en Sevilla. EFE/ Julio Muñoz

Cerdán sigue en prisión por el ‘caso Koldo’, y su salida del PSOE marcó uno de los momentos más difíciles de Sánchez en estos dos últimos años, con una comparecencia en la que pidió perdón por haber confiado en él, como antes ya lo había hecho por haber depositado igualmente su confianza en José Luis Ábalos.

Pero aseguró que eso no iba a afectar a su determinación de continuar la legislatura, de seguir, como dijo, al frente del PSOE como «capitán del barco» que no se desentiende en momentos difíciles.

Confesó igualmente que había dudado si seguir adelante cuando comenzó la investigación judicial sobre su esposa, Begoña Gómez, hasta el punto de que en abril del año pasado se tomó cinco días de reflexión para sopesarlo.

Su conclusión fue la misma que ha repetido después de la ruptura anunciada por Junts, que su horizonte es 2027 y que está dispuesto a que las elecciones generales sean ese año.

Lo piensa hacer incluso sin poder aprobar unos nuevos presupuestos en toda la legislatura, tal y como él mismo ha asegurado, pero sin dejar de garantizar que sudaría la camiseta por lograr la aprobación de unas nuevas cuentas del Estado y de muchas otras iniciativas.

Entre ellas, las que cree que pueden hacer frente al que considera el principal problema de los españoles: el acceso a la vivienda.

Ambiente de crispación

Tampoco afectan a su objetivo de culminar la legislatura otras cuestiones que están en los tribunales como el juicio al fiscal general del Estado o el caso en el que está siendo investigado su hermano.

En el Gobierno sólo ven posible una abrupta interrupción de su mandato si prosperara una moción de censura, pero la consideran una hipótesis muy lejana porque, pese a la decisión de Puigdemont, el paso de apoyar una iniciativa de ese tipo junto al PP y Vox les pasaría factura electoral. 

La comparecencia esta semana de Sánchez ante el pleno del Congreso para hablar de diversos asuntos en una especie de minidebate sobre el estado de la nación, evidenció la crispación que ha marcado el ambiente político desde que Sánchez prometió de nuevo su cargo ante el rey en 2023.

El ciclo de elecciones autonómicas que comienza el próximo 21 de diciembre en Extremadura o las causas judiciales que siguen protagonizando portadas, auguran pocas esperanzas de que se rebaje esa crispación.