Prueba de carga en la carretera Badajoz-Cáceres, que recupera su operatividad tras siete meses de obras. EFE/Delegación del Gobierno

La N-523 recupera la normalidad de tránsito entre Badajoz y Cáceres tras siete meses de obras

El delegado del Gobierno en Extremadura, Francisco Mendoza, ha anunciado que el tránsito por la carretera N-523, que une Badajoz y Cáceres, recupera la normalidad a partir de las 14:00 horas de este viernes después de “levantarse todas las restricciones” existentes como consecuencia de los daños provocados el pasado diciembre por la borrasca Efraín.

Obra y presupuesto

Mendoza ha dicho a los medios que esta mañana se han realizado las “pruebas de carga oportunas” para recuperar el tránsito de esta vía al escenario previo a Efraín, a falta “de algún remate menor que realizar” que “no entorpecerá mucho” a los usuarios.
El delegado del Gobierno ha recordado que se trataba de una obra “de considerables dimensiones” pues, entre otras actuaciones, “se ha levantado un puente de 40×12 metros” sobre el arroyo Rivera de la Troya, para solventar el socavón provocado por la borrasca.

Entre las “restricciones” que hoy acaban se encuentran el final de los semáforos instalados como medida preventiva o el regreso de la total normalidad en el tránsito de camiones, sea cual sea su peso. La obra en la vía que une ambas capitales provinciales ha supuesto una inversión de 1,1 millones de euros.

Según ha informado en nota de prensa el Ministerio de Transportes Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), el nuevo puente que se pone hoy en servicio se ha construido con tablero de vigas y la rasante de la carretera se ha elevado entre 1 y 2 metros de forma localizada para no reducir la sección hidráulica disponible.

Concluyen así los trabajos de emergencia para la reconstrucción del tramo de la vía afectada por la tormenta, que arruinó la obra de drenaje transversal a la altura del km 45, entre Puebla de Obando y Roca de la Sierra, lo que obligó al corte total de la N-523.
Con la apertura del nuevo puente se cierra el desvío provisional para vehículos ligeros, incluidos los de transporte escolar, activado en enero, mientas que los vehículos pesados podrán dejar de utilizar el desvío a través de la A-5 habilitado tras la borrasca.

Tras la puesta en servicio del puente, continúan algunos trabajos de reparación de drenaje y taludes existentes en la N-523 y A-5 (Mérida) en la provincia de Badajoz, que previsiblemente finalizarán durante el mes de agosto y sin afectaciones al tráfico, mientras que las actuaciones previstas para la provincia de Cáceres quedarán completadas este mismo mes de julio.

Otras actuaciones

Mitma recuerda que, tras la borrasca Efraín, habilitó un crédito de 6,1 millones de euros para subsanar los graves daños en la Red de Carreteras del Estado en Extremadura: la N-523; la Autovía del Suroeste A-5, en la provincia de Cáceres; la N-5A; la Autovía Ruta de la Plata A-66 ,en su tramo norte dentro de la provincia de Cáceres; la N-630; la N-430 y la N-502.

Además, recuerda que ya han comenzado las obras de prolongación de la A-58 para mejorar la conexión entre ambas provincias.
Estas primeras obras, adjudicadas por 79 millones de euros (IVA incluido), suponen la construcción del primer tramo de la continuación de la autovía extremeña (A-58), que actualmente está en servicio entre Trujillo y Cáceres, y que conectará la capital cacereña con Badajoz.

Este tramo, de 13,5 km de longitud, tiene su inicio en las proximidades de la ciudad de Cáceres, enlaza con la A-66, y discurre por los llanos de Cáceres (pasando sobre los ríos Salor y Ayuela), con un trazado paralelo a la N-523 por el oeste de esta.
Además, a mediados de junio el Ministerio formalizó por 1,7 millones de euros (IVA incluido) el contrato de servicios para la redacción del proyecto de trazado y construcción del tramo de la A-58 entre Bótoa y Badajoz, en la provincia pacense.

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