SANTIAGO DE COMPOSTELA, 15/11/2022.- El inspector del área de seguridad en la circulación de la zona noroeste, Carlos Ayuso (d) a su llegada este martes al juicio del accidente del tren Alvia que se está celebrando en la Ciudad de la Cultura en Santiago. EFE/Xoán Rey

Un inspector de seguridad de Adif dice que no le constaban riesgos en la vía

Santiago de Compostela (EFE).- La novena jornada del juicio del accidente del Alvia ha arrancado este martes con la declaración del inspector del área de seguridad en la circulación de la zona noroeste, Carlos Ayuso, que ha señalado que a él no le constaba que se apreciara “ningún riesgo especial” en la vía ni tampoco en el tramo concreto en el que se produjo el accidente.


Ante las preguntas de la abogada del Estado, Ayuso ha confirmado que es inspector de seguridad en la circulación de la Gerencia territorial Noroeste, en León, un puesto que desempeñaba desde el año 2004.


También desempañaban funciones de inspección en esa zona Roberto Sáez y José Antonio García Díez, que declararon en instrucción como imputados junto a Ayuso.


García Díez falleció en 2015 y Sáez estaba previsto que declarara también en la jornada de hoy, pero finalmente la Abogacía del Estado ha renunciado a su citación como testigo debido a que se encuentra “en tratamiento médico”.

Un hombre coloca un cartel informativo en la Ciudad de la Cultura, lugar que acoge el juicio por el accidente del Alvia y por el que desfilarán durante durante nueve meses más de un centenar de abogados y en cuya sala de prensa hay 53 butacas y existe otro espacio reservado para el público, con capacidad para cien personas. EFE/Xoán Rey.

No valoraba “el factor humano”


En su declaración, Ayuso ha señalado que entre sus funciones se encontraban “inspecciones de todo tipo”, pero que una de las más completas era las de “viajes en cabina”, en las que acompañaba al maquinista para “determinar algún tipo de anomalía que podría existir en las instalaciones de seguridad” recogidas en la normativa.


“Lo que hacemos es comprobar que lo que está instalado funciona y que se cumple la normativa”, ha declarado.
Respecto al cuadro de velocidades máximas, Ayuso ha señalado que se encarga de que “el profesional de la conducción cumpliera la normativa en vigor para poder circular en condiciones de seguridad por esa línea” pero que “no entra a valorar el factor humano”, porque esa “no es su misión”.


Sin embargo, ha admitido que sí que trasmite a la operadora, en este caso Renfe, las anomalías que puedan detectarse o los defectos o fallos que pudiera haber “en la señalización o en la infraestructura” así como “las condiciones físicas o psíquicas que tiene en ese momento” el maquinista.


El inspector ha confirmado que llegó a realizar dos viajes en cabina -uno en cada sentido- en esta línea para comprobar la seguridad en el año anterior al descarrilamiento y que en ellos estaba además acompañado por otros inspectores.


Respecto a la vía, el testigo ha señalado que no le consta que se apreciara “ningún riesgo especial” puesto que contaba con las “señalizaciones correspondientes que requería la normativa que existía en ese momento” y que no le constaba ninguna carencia a nivel de señalización”.


Ayuso ha llegado incluso a decir que la vía, “por su condición de nueva”, tenía una conducción “bastante cómoda” y “tranquila”, algo que le había trasladado el propio jefe de inspección, José Antonio García.

Despiste “inimaginable”


En cuanto al maquinista, Ayuso ha sido especialmente duro y ha afirmado que le resultaba “inimaginable” pensar que iba a “desatender” sus funciones y “perder la consciencia” en un tramo en el que se requiere una “mayor dedicación”.


“Es como si yo ahora cojo el coche y salgo por ahí, por la autopista, me tapo los ojos y voy circulando durante más de un minuto y medio sin ver nada de lo que existe”, ha afirmado.


Según su declaración, existían los suficientes elementos que permitirían al maquinista ubicar el punto en el que se producía el cambio de velocidad, dada la “formación de maquinista” y la “propia señalización” con la que la línea estaba equipada, con carteles que indican la llegada a la estación “antes incluso” de la señal de avanzada.


Ante las preguntas de la defensa de las víctimas, Ayuso ha vuelto a incidir en que él, desde Adif “no se encargaba de valorar el factor humano” y que la evaluación de seguridad en cabina correspondía tanto a Adif como a Renfe, puesto que la operadora tiene un departamento de inspección homólogo al de Adif.


“Adif no es el único que se dedica a gestionar la seguridad en la circulación en el ámbito ferroviario, sino que cada operador tiene su cuota de participación”, ha advertido, y ha añadido que las inspecciones en cabina que realiza Renfe son además “más habituales” que las de Adif.


En este punto, ha señalado que la llamada del interventor del tren fue “un añadido” a la causa que le produjo al maquinista circular a una velocidad “inadecuada”.


“El maquinista no cumplió con la velocidad, si hubiera cumplido con la velocidad no se habría producido el accidente”, ha declarado.

Desconoce “peligrosidad” de la curva


También ha declarado “desconocer” el correo electrónico enviado en diciembre de 2011 por el jefe de maquinistas, José Ramón Iglesias Mazaira, en el que, según afirmó hace unas semanas el propio Iglesias durante el juicio, se advertía de la peligrosidad de la curva de A Grandeira.


El abogado ha insistido en que inmediatamente después del accidente se modificó la señalización y se instaló una baliza, una decisión sobre la que Ayuso ha asegurado que fue externa, que dependía de la dirección general de seguridad en la circulación.


El inspector ha reconocido que si esa baliza hubiera estado en la vía habría sido “un aviso más” para el maquinista de que el tren tenía que frenar, pero que “una señal más” no hubiera servido de nada porque “ya había eludido todas las anteriores”.


“¿Qué le hubiera ayudado al maquinista una señal más? Si el maquinista había perdido la consciencia situacional y no había visto ninguna de las señales, esta tampoco lo habría visto”, ha destacado.


“Cómo mínimo habría sido otro aviso”, le ha espetado el abogado de las víctimas.


El juicio ha finalizado en torno a las 12:30 horas, ya que desde la Abogacía del Estado se ha renunciado a la declaración del agente de la Policía Nacional.


Mañana miércoles la vista continuará, previsiblemente, con la declaración de otros tres testigos, entre ellos, el miembro del equipo de la gerencia de seguridad en la circulación de Renfe Viajeros, Ángel Lluch Perales; y el jefe de maquinistas José Luis Rodríguez Vilariño. EFE


jcr/am