La Guardia Civil, en el marco de la operación Carplaya, ha desarticulado una activa organización criminal centrada en Galicia, especializada en el transporte de cocaína entre distintos puntos del territorio nacional y Portugal, utilizando para ello vehículos dotados de sofisticados sistemas de ocultación. EFE/GUARDIA CIVIL***SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***

Incautan 220 kilos de cocaína y 4 millones de euros en una nueva operación en Galicia

Pontevedra, 28 abr (EFE).- La operación contra el narcotráfico que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil desarrolló el pasado miércoles en las provincias de Pontevedra y Lugo se ha saldado con la incautación de 220 kilogramos de cocaína.

El operativo policial, denominado Carplaya, ha supuesto la detención de 10 personas, muchas de ellas vinculadas familiarmente y relacionadas con el tráfico de drogas desde hace años.

Todos ellos, según los investigadores, formaban parte de una activa organización criminal centrada en Galicia y especializada en el transporte de cocaína entre distintos puntos de España y Portugal, utilizando para ello vehículos dotados de sofisticados sistemas para ocultar la droga.

La investigación sobre este entramado, dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional y por la Fiscalía Especial Antidroga, comenzó en abril de 2022, según se ha informado en un comunicado la Guardia Civil este viernes.

A medida que este trabajo iba definiendo los distintos objetivos de la organización, los agentes comprobaron cómo algunos de los investigados transportaban droga oculta en vehículos.

Lo hacían sin contar con el apoyo de otros vehículos de seguridad para evitar controles policiales, como es lo habitual en estos casos, lo que hizo sospechar a los investigadores que la organización contaba con sofisticados sistemas para ocultar la cocaína en los coches.

Esta línea de investigación llevó a los agentes hasta un taller clandestino situado en Vigo (Pontevedra), cuyo responsable era fundamental en la logística utilizada por esta organización.

Así, los miembros de este grupo criminal no solo contaban con experiencia previa en el tráfico de drogas, sino que usaban una avanzada tecnología de mensajería encriptada en sus comunicaciones, sistemas de inhibición y detectores de radiofrecuencia de última generación.

La Guardia Civil explica que resultó “muy relevante” comprobar el alto nivel de vida de muchos de los investigados, pues sin disponer de ingresos económicos legales conocidos ni propiedades eran titulares de distintas sociedades en grave estado de déficit declarado.

A pesar de ello, adquirían con frecuencia vehículos de alta gama, todo tipo de mobiliario para viviendas a nombre de cónyuges o familiares o contrataban viajes exclusivos.

Esto derivó en un exhaustivo análisis económico y patrimonial sobre los principales miembros de esta organización y de sus sociedades, lo que permitió a las autoridades investigarles también por delitos relacionados con el blanqueo de capitales.

Tras un año de investigación, agentes de la UCO detuvieron el pasado miércoles a 10 integrantes de esta organización, a los que se imputan los delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública y blanqueo de capitales.

Los 15 registros realizados se saldaron con la incautación de 220 kilos de cocaína, 2,5 kilos de hachís, 640.000 euros en efectivo, ocho vehículos, inhibidores de frecuencia, sistemas de detección de radio frecuencia, terminales de comunicación encriptados y diversa documentación.

La mayor parte de la droga fue hallada en una de las fincas registradas en Pontevedra, una granja agrícola y ganadera que ocultaba la cocaína en un zulo subterráneo que resultó difícil de detectar para la Guardia Civil dado su sofisticado sistema de soterramiento.

En la parte económica, los investigadores lograron inmovilizar más de cuatro millones de euros entre sociedades mercantiles, bienes inmuebles, embarcaciones y cuentas bancarias bloqueadas.

Toda la investigación desarrollada por el Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) con sede en Galicia, dependiente de la UCO de la Guardia Civil, contó con la colaboración de Europol y con la participación de más de 250 agentes de diferentes unidades de instituto armado.

Entre ellas han participado efectivos del Grupo de Acción Rápida (GAR), los Grupos de Reserva y Seguridad de Valencia y León, el Servicio Cinológico Central, la Sección Fiscal de Melilla y diversas unidades de las Comandancias de Pontevedra, Lugo y Melilla.