José Carlos Rodríguez I
Santiago de Compostela (EFE).- Una década después de ‘Las altas presiones’ (2014), el cineasta gallego Ángel Santos regresa con el largometraje ‘Así chegou a noite’, con el que acaba de obtener el premio a la Mejor Dirección en el Festival de Gijón y en el que, asegura en una entrevista con EFE, explora «la identidad», «los afectos» y «la necesidad de desconexión» en el mundo actual.
Diez años pueden parecer un periodo muy extenso, pero escribir, rodar y exhibir ‘Así chegou a noite’ requiere un proceso de «calma», la misma que acompaña a la película, dotada de una temporalidad «poco habitual» y que habla más a través de las imágenes, los gestos y los silencios que desde el texto o la acción.
Sin perjuicio de lo anterior, Santos (Marín, 1976) no ha estado de brazos cruzados durante todo este tiempo. Si bien reconoce que «levantar una película independiente, modesta de presupuesto, cuesta trabajo», en paralelo ha confundado y dirigido durante sus primeros cinco años de vida el Festival Novos Cinemas de Pontevedra, ha impartido clases y cursos de cine y ha montado su propia productora, Mater Films.
Ya con su nueva película escrita rodó también el cortometraje ‘Así vendrá la noche’ (2021), que le sirvió para poder ir trabajando con los intérpretes Denis Gómez (Pablo en la ficción) y Violeta Gil (Andrea).
Un «doble espejo»
En ‘Así chegou a noite’, filme rodado íntegramente en Galicia y en el que el paisaje cobra un sentido «especial», se exploran temas diversos como las relaciones de pareja o amistad y la necesidad de aislamiento, de romper los vínculos con el pasado o incluso de desaparecer.
Todo ello en un tono «íntimo» e «intuitivo», con dos personajes que buscan la libertad «de formas diferentes» y que funcionan «como un doble espejo», puesto que «confrontan» sus distintas formas de entender la vida.
«Supongo que está la idea de identidad o de cierto existencialismo de lo cotidiano, de las relaciones, de nuestros deseos, de nuestras aspiraciones íntimas. Siempre me ha interesado eso y siempre está un poco en todo lo que hago», señala Santos.
Asegura que en un mundo en el que estamos «tan expuestos a las redes sociales y tan preocupados por la imagen que queremos dar de nosotros mismos», quería indagar en un personaje que «decidiera dar un paso atrás», cuestionarse «lo que realmente quiere hacer» y «renunciar a todo».
Ese es el personaje de Pablo, un escultor que establece su taller en una apartada zona rural de la costa gallega y que poco a poco va aislándose de todo y de todos. Sin embargo, recibirá la visita repentina de una antigua amante y amiga, un encuentro que provocará una nueva huida.

Deseo de «desconexión»
«Me parece que querer aislarse es un síntoma de estos tiempos. Yo escribí la película hace diez años y todo ha evolucionado a peor desde entonces. Ese grado de exposición, de validación constante, de tener que decir qué haces, que estás haciendo y ser productivo», explica.
Para Santos, todo ese ruido «conduce a un deseo de desconexión brutal», algo que a la vez es «muy difícil», porque el silencio no abunda y las notificaciones en el teléfono no paran de llegar.
Santos opina que esa desconexión no tiene que ver exclusivamente con aislarse, sino también con el hecho de estar «presente». Y eso es lo que sucede de alguna forma a través del encuentro de los protagonistas de su película, que reconectan a través de las situaciones cotidianas del día a día, de los paseos, las conversaciones, la quietud.
«Me apetecía que esta pareja no tuviera una relación necesariamente romántica, sino que tuviera un vínculo aún más estrecho, como esas relaciones de amistad que perduran a lo largo del tiempo», apunta.
Sin embargo, ‘Así chegou a noite’ funciona «como espejo», como la muestra de dos visiones muy diferentes respecto a la realidad:»A través de la ausencia de unos de los personajes se cuestiona de nuevo la mirada sobre los lugares, se recorren los mismos caminos y se ofrece una nueva visión.
«Me interesaba plantear algo en la película y luego cuestionarlo», explica.
Responsabilidad afectiva
En ese sentido, juega un papel fundamental el personaje de Andrea, que lleva al espectador a reflexionar sobre cuestiones comunes de la sociedad actual como el ‘ghosting’ o la responsabilidad afectiva.
«Ella nos lleva a establecer ciertas líneas, a entender que las relaciones son muchas veces irrenunciables y que las ataduras y los vínculos humanos son innegables. Tenemos vínculos más allá de nuestro propia voluntad o deseo», asegura el director.
‘Así chegou a noite’, producida por Maruxiña Film Co, Amateurfilms y Matriuska Producciones, ha pasado por la 63ª edición de la Competición Internacional Albar del Festival de Gijón, donde ha sido galardonada con el premio a la Mejor Dirección.
“Recibo este premio con mucha ilusión y también como una especie de muestra de que la peli, después de haberse visto por primera vez en estreno mundial, funciona y llega. Lo que nos ha costado tanto tiempo desplegar, la narración, el proyecto, se valida de alguna manera”, señala. EFE
