Logroño, (EFE).- Cada vez hay más conciencia en la sociedad de la lacra que supone la violencia sexual, pero, sin embargo, todavía es muy bajo el número de casos que acaban en una denuncia judicial.
Así lo ha explicado a Efe Antonio Andres Pueyo, catedrático de Psicología de la Violencia de la Universidad de Barcelona, que este viernes ha abierto el curso “Una mirada interdisciplinar hacia las violencias sexuales: prostitución, pornografía, trata de mujeres”, que organizan la Universidad de La Rioja (UR) y el Gobierno regional.
Pueyo ha iniciado este curso con una ponencia sobre la situación criminólogica y epidemiológica de la violencia sexual en España, basada en un estudio que dirigió en 2020, encargado por el Gobierno, en el que se reunieron los casos denunciados, según datos oficiales, pero también se realizaron encuestas a víctimas y a diferentes colectivos.
Las cifras obtenidas “que no son opiniones”, permitieron “estimar la situación de la violencia sexual en España” que supone que al año se producen unas 400.000 situaciones de violación, tocamientos, acosos, violencia intrafamiliar y otras situaciones de violencia sexual, de las sólo “en la horquilla máxima” llegan a ser denunciadas en los juzgados el 8 por ciento, ha afirmado.
No obstante, ha detallado, incluso ha situaciones concretas de violencia sexual en las que las denuncias “no superan el 2 o el 3 %” y otras en las que “hasta hace bien poco apenas existían denuncias” como, por ejemplo, los abusos cometidos en instituciones educativas o religiosas.
Para obtener conclusiones “tuvimos que ver la otra cara de la moneda” que no solo son los datos oficiales de denuncias, sino que recurrieron a “encuestas” en diferentes ámbitos y a víctimas “que son las que ayudan a ver que la gran mayoría no denuncia”.
Pasos importantes en la sociedad española
No obstante, Pueyo cree que en las últimas décadas se han dado pasos importantes contra la violencia sexual “y creo que en España ya hay una conciencia social de qué es esto y de que hay comportamientos inadecuados que son violencia hacia las mujeres”.
“Pero esa conciencia no supone que sea fácil extirpar esos comportamientos, no hay una vacuna para eso”, ha incidido, aunque “es importantes que salgan a la luz los casos que suceden, y eso está pasando como nunca”.
Porque, ha repetido, “es importante tener una fotografía real de la violencia sexual” que “no esté basada en opiniones o anécdotas, que son cosas que nos llevan a impresiones falsas” y “complican el trabajo de prevención que debe hacerse en base a lo que está pasando”.
Como ejemplo Pueyo pone el de las violaciones grupales “que, a pesar de que se informe de ello, es algo que sucede muy poco en comparación con las situaciones de acoso sexual” o “la violencia sexual en las escuelas, de la que se habla por casos extremos, pero la realidad es que hay mucha pero en forma de acoso”.
Se estabilizan los casos
En base a los datos captados, explica, se ve que en España hay “una tendencia a estabilizarse o ir a la baja de los casos de violencia sexual más graves” pero “crecen, a veces muchísimo” las situaciones de acoso y “la violencia sexual sin agresión física”, ha detallado.
También han constatado el crecimiento exponencial de la violencia contra la mujer a través de internet, especialmente del sexting y de pornografía infantil, ha asegurado Pueyo.
En la misma línea, “aunque no hay estudios definitivos” del volumen de violencia sexual en muchos países, los datos revelan que “en los casos más graves, España está por debajo del norte de Europa y de Holanda y Alemania” mientras que en situaciones “que se consideran leves o medias” el número de casos “es muy parecido”, ha concluido.
Por Eduardo Palacios