Los actos de la Semana Santa logroñesa han finalizado este Domingo de Resurrección con la procesión más singular y emotiva de la capital riojana, que ha partido del cementerio de Logroño, la dificultad añadida es el paso de la vieja puerta de piedra del cementerio que apenas deja pasar la imagen del Cristo “y casi hay que sacarlo a ras de suelo” algo que hacen a pulso una treintena de cofrades. Nada más pasar la puerta, la imagen pasa a los hombros de los cofrades. EFE/Fernando Díaz.

La Semana Santa de Logroño concluye con su procesión más singular y emotiva

Logroño, 9 abr (EFE).- Los actos de la Semana Santa han finalizado este Domingo de Resurrección con la procesión más singular y emotiva de la capital riojana, que parte del cementerio, cruza el puente de piedra y llega a uno de los colegios ubicados en el Casco Antiguo de la ciudad.

Los actos de la Semana Santa logroñesa han finalizado este Domingo de Resurrección con la procesión más singular y emotiva de la capital riojana, que ha partido del cementerio de Logroño, la dificultad añadida es el paso de la vieja puerta de piedra del cementerio que apenas deja pasar la imagen del Cristo “y casi hay que sacarlo a ras de suelo” algo que hacen a pulso una treintena de cofrades. Nada más pasar la puerta, la imagen pasa a los hombros de los cofrades. EFE/Fernando Díaz.

Es la procesión del Santo Cristo Resucitado, organizada por la cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, y que está precedida por una misa multitudinaria en el cementerio de Logroño.

El Domingo de Resurrección supone la victoria de Cristo sobre la muerte, al tercer día de haber perdido la vida en la cruz; pero también es un día de recuerdo de todos los difuntos “y por eso esta procesión es tan especial, porque comienza con una evocación a los miembros de la cofradía que ya no están y a las personas que nos han dejado este año”.

Así lo ha explicado a EFE el Hermano Mayor de esta cofradía, Juan José Martín, que recuerda cómo hace más de cuatro décadas parten en esta última procesión desde el cementerio, algo que “no es muy habitual” en las procesiones españolas.

Además, tienen la dificultad añadida de que la vieja puerta de piedra del cementerio apenas deja pasar la imagen del Cristo “y casi hay que sacarlo a ras de suelo” algo que hacen a pulso una treintena de cofrades.

Nada más pasar la puerta, la imagen pasa a los hombros de los cofrades y emprende el recorrido por el puente de piedra ante la sorpresa de los “paseantes” de domingo por esta concurrida zona de Logroño.

La cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén tiene, así, el “honor” de abrir y cerrar la Semana Santa de Logroño, dado que con otra de sus imágenes, “La borriquilla”, recorre el Casco Antiguo el Domingo de Ramos.

Además salen a las calles en Lunes Santo y el Viernes Santo, aunque esa ocasión dentro de la Magna procesión de Logroño, junto al resto de cofradías.

“No es que sea un privilegio empezar y acabar la Semana Santa, todas las procesiones son importantes, aunque sí que hay que reconocer que el Domingo de Resurrección es algo especial, es el día en el que, como cofrade, puedes descansar”, detalla el Hermano Mayor.