Logroño, (EFE).- La ciudad de Logroño contará, a partir de julio de 2024, con un nuevo parque, denominado del Camino, en la salida peatonal de la capital riojana hacia La Grajera, que contará con árboles, zonas estanciales y una escultura alegórica a la Ruta Jaobea.
El alcalde de Logroño, Conrado Escobar, ha presentado este proyecto, que modifica el que se diseñó en la anterior legislatura.
El parque se extenderá a lo largo de 38.800 metros cuadrados, cerca de las viviendas de Toyo Ito y paralelo al barrio de El Arco y a su conexión con el camino a La Grajera que utilizan los peregrinos para salir de Logroño y también los cientos de ciudadanos que pasean a diario por esta zona o la recorren en bicicleta.
El Ayuntamiento mantiene el plan anterior de plantar aquí 3.600 árboles, pero en una distribución diferente, con lo que se generarán espacios estanciales.
El cambio decidido por la actual corporación supone que se mantendrá la aportación de fondos europeos al proyecto, algo que elevará el presupuesto de los 100.000 euros previstos inicialmente a unos 300.000.
“Queremos relanzar y fortalecer el Camino de Santiago, dándole mayor protagonismo para potenciar su aprovechamiento por el sector del turismo de la ciudad y para mejorar la experiencia del peregrino a su paso por Logroño”, ha explicado el alcalde.
Para ello, han “rediseñado” el proyecto y se ha creado uno que se integrará en el anillo verde de la ciudad.
Se ha previsto que los 3.600 árboles sean plantados, en lugar de en hilera, en pequeños bosques, que servirán para absorber gases de efecto invernadero, proporcionarán zonas de sombra e integrarán otras plantas capaces de impulsar la polinización natural.
Dispondrá de farolas autónomas de energía solar y el riego se realizará por un sistema de agua reciclada de acequias y reboses de la presa de La Grajera.
Alberto Olarte será el autor de escultura emblemática en este parque, que tendrá “elementos orgánicos” para “pasar bajo ella” y “uno que permita grabar las huellas de los peregrinos”, ha explicado este artista.
“Es algo que existe ya en otras obras, donde se genera una dinámica muy interesante y una vinculación con la escultura, aunque reconozco que hacerlo en una instalación permanente es complejo”, ha subrayado.
