ALFARO (LA RIOJA), 16/08/2023.- El diestro Diego Urdiales tras cortar las dos orejas al primero de su lote en la Feria de Alfaro, este miércoles en la localidad riojana. EFE/Fernando Díaz

Urdiales triunfa en Alfaro, en una corrida deslucida por los toros y por un aguacero final

Alfaro (La Rioja), (EFE).- El torero riojano Diego Urdiales ha sido el triunfador de la corrida celebrada en Alfaro, en la que solo él ha cortado dos orejas, a su primer toro, y el festejo, condicionado por la falta de casta de los toros, ha acabado deslucido por un aguacero que ha caído mientras el sevillano Juan Ortega trataba de completar la faena a su segundo de la tarde.

Las seis reses de Guadalmena tampoco contribuyeron al lucimiento de los diestros, en especial de Morante de la Puebla, al que le correspondió el lote más “soso” de la tarde, mientras que Ortega tampoco tuvo suerte y, además, no aportó muchos alicientes a su faena.

Morante de la Puebla ya tuvo la oportunidad en el primero de la tarde de ver que era un animal escaso de fondo, al que trató de dejar sutileza con verónicas, pero enseguida comprendió que con este toro debía economizar pases y los que dio no levantaron al tendido.

El guión pedía pasárselo a media altura y así fue la faena a un animal soso y falto de casta; Morante terminó con un pinchazo y un golpe de verduguillo, como epílogo del primer silencio de la tarde.

En el cuarto, el diestro de Puebla del Río, se enfrentó de nuevo a un toro noble y sosote, que incluso fie pitado en el arrastre; por eso Morante estuvo muy breve en el capote y se dedicó a aprovechar querencias para dibujar lances muy aislados y dispersos, mientras el animal iba a menos; tras dos pinchazos el toro se echó y el matador no tuvo que emplear la estocada, antes de escuchar las palmas de los aficionados.

El segundo de la tarde, para Diego Urdiales, fue el más encastado de la tarde y gracias a ello el riojano, que llegaba tras cortar una oreja en Gijón, pudo asegurarse la puerta grande.

El riojano comenzó con un trasteo de oficio en el capote, ante un toro que sacó pies y genio y se volvió incierto en banderillas; Urdiales insistió por el derecho y sacó grandes series con riñones encajados, ligados y con temple; pero fue menos rotundo por el izquierdo, con lo que regresó al pitón diestro al final de la faena; mató con una gran estocada y logró las dos orejas.

El quinto, de nombre “Vigoroso” humillaba y repetía, y salió exigente en el capote, con lo que Urdiales no pudo estirarse a gusto, aunque por bajo pudo torear en redondo, con hondura, con mano baja, largo y templado; pero de nuevo la faena no pudo ser buena por el pitón izquierdo, con el que Urdiales solo probó y a partir de ahí se desdibujó la faena, entre enganchones; tras un pinchazo dejó una estocada eficaz, que le valió una ovación.

El tercero de la tarde fue un toro incierto, andarín y mirón que no se empleó en el capote, ante el que nada pudo hacer Juan Ortega en el primer tercio; parado ya en banderillas protestó siempre en el embroque y resultó complicado por mirón; el torero sevillano recorrió mucha plaza para intentar dominarlo y al no poder hacerlo tomó los aceros; pareció algo falto de confianza al matar, con tres pinchazos antes de la estocada definitiva, lo que deparó el silencio de la plaza.

En el sexto, Juan Ortega estuvo totalmente pasivo ante un toro al que se ha lidiado muy mal, tanto en varas como en banderillas, y cuando todo el mundo huía de la grada por el aguacero, el torero apenas insistió y la bronca, que hubiera sido de rigor, se quedó en pitos.