Rebeca Palacios |
Logroño (EFE).- Guiu Cortés, vocalista del grupo catalán El Niño de la Hipoteca, ha dicho a EFE que en el panorama musical actual “hay muchos intérpretes jóvenes pero pocos creadores” y eso se nota en las letras de sus canciones, a las que “les falta contenido porque no han vivido”.
Cortés (Barcelona, 1982) ha ofrece un concierto con su banda este viernes en Logroño, dentro del Festival Actual que se celebra hasta el próximo domingo, 7 de enero.
Hasta mayo tiene cerrados otros 25 conciertos de su gira en acústico con su proyecto personal como cantautor, con un nuevo EP que se llamará ‘Demasiados hombres’.
Tras publicar el año pasado su primera novela, ‘El diario de los incurables’, ha avanzado que a lo largo de este año prevé concluir su libro ‘La enfermedad del artista’.
Con el grupo ultima su próximo su disco ‘Esto no es un disco. Volumen 2’, que lanzarán en el mes de marzo y con el que “se cierra una etapa”.
“Pan y circo”
“Estoy en una época de cambio. A nivel personal, la paternidad te dirige a otro sitio. A nivel social, siguen saliendo muchas cosas de las que quejarse, igual más que hace unos años”, ha explicado.
En su proyecto acústico, ha indicado que se desnuda más “en lo personal”, con temas en los que relata cómo entiende el mundo “de fuera hacia dentro”, mientras que en El Niño de la Hipoteca aporta su visión “de lo que sucede en el mundo”.
A su juicio, la sociedad actual continúa “amansada”, porque dar “pan y circo” a la gente no es nada nuevo y es la función del sistema.
Ha precisado que las redes sociales han provocado una “situación peculiar” porque hubo “una ruptura de la desinformación” y empezaron a proliferar muchos canales alternativos con formas paralelas de comunicar.
Sobresaturación y posverdad
“De repente, la gente estaba más informada que antes, pero ahora con la sobresaturación y la posverdad, la gente está demasiado informada y de una forma contradictoria”, ha opinado.
Cortés sostiene que, aunque internet es algo muy positivo, las redes “se han vuelto en contra de la sociedad porque son una herramienta capitalista y condicionan a la gente de forma muy agresiva”.
Este cantante ha reconocido que internet ayuda difundir un proyecto musical, con la distribución de información a través de las redes sociales, “pero está volviendo a funcionar lo de toda la vida: tocar mucho, dar conciertos, el boca oreja, la cartelería, y sobre todo, girar y girar”.
Después del “gran bajón” de la pandemia, ha asegurado que actualmente él ofrece más conciertos y su público ha aumentado.
La “sobresaturación” actual no es solo informativa, también es musical o “pseudoartística”, porque ha dicho que actualmente muchos artistas graban en su propia casa, publican sus canciones sin pasar los filtros y, aunque hay calidad, “hay que buscarla dentro de un mar de mediocridad”.
Así, ha lamentado que hay muchos jóvenes “con mucha prisa por triunfar” que necesitarían madurar más su proyecto, “porque las cosas salen a medio hacer”.
El daño del reguetón
Este cantante cree que se ha roto “el estigma” de que la música no es una salida profesional y ahora los padres “no cortan las alas a sus hijos” si deciden dedicarse a esta profesión.
Sobre el éxito del reguetón, ha criticado que es “un movimiento que ha hecho mucho daño”, ya que se basa en “un patrón rítmico súper limitado y muy concreto”, por lo que “cualquiera puede hacer canciones para escalar en este sector”.
Además, ha censurado que el contenido de las canciones de este estilo, con letras basadas en “actitudes machistas y ganstercillos de poca monta”, ha calado en una generación y ahora hay que solucionarlo.
Ha augurado que esta “hegemonía” está pronto a acabarse, porque actualmente hay grupos de rock que llenan el WiZink Center y ha vuelto la música tradicional.
