Logroño (EFE).- El director de la comunidad terapéutica de Proyecto Hombre La Rioja, Óscar Pérez, ha afirmado este jueves que el control de las nuevas tecnologías para evitar la adicción de menores de edad “está condenado a fracasar porque si somos listos, ellos lo son más”.
Pérez ha comparecido en calidad de experto en la comisión de estudio del Parlamento riojano para abordar el mundo de la tecnología en la infancia y la adolescencia, en la que ha indicado que el 16 por ciento de los jóvenes que acudieron a Proyecto Hombre en el último año era para pedir ayuda por problemas con la nuevas tecnologías.

“Quien nos llama es, normalmente, porque tiene un problema y no hablamos de oscuridades de internet, sino de juegos como ‘Fornite’; y de redes sociales, como Instagram”, ha precisado.
Ha señalado que estas adicciones “no empiezan en la tragaperras con 45 años, sino con tu padre echando dos euros para apostar en un partido de fútbol porque la percepción de riesgo es muy baja”.
En general, ha proseguido, “las familias con problemas con las nuevas tecnologías son de un estrato social medio-alto, con una gran exigencia a la hora de los estudios, pero con bastante laxitud para imponer límites y normas, en concreto, con las pantallas”.
Huérfanos digitales
Ha resaltado que, cuando alguien acude a Proyecto Hombre La Rioja con una problemática que no está relacionada con la tecnología, sus responsables observan de forma sistemática que también hay un abuso de las nuevas tecnologías y, muchas veces, una falta acompañamiento.
“Nosotros nos encontramos con huérfanos digitales, que son niños a los que sus padres acompañan al parque o a montar en bici, pero que, cuando se meten en internet o juegan a videojuegos, les abandonan ahí porque están en casa, pero puede haber tantos peligros como en la carretera o en el parque”, ha subrayado.