Los socialistas Rafael Simancas (i) y Santos Cerdán abandonan el hemiciclo del Congreso de los Diputados. Imagen de archivo.

El jurista Domingo Oslé cree que la clase política debe recuperar la idea del bien común

Logroño (EFE).- El jurista y director de Cátedra Álvaro d’Ors en el Instituto de Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra, Rafael Domingo Oslé, cree que la clase política española, en general, debe recuperar la idea de servicio público, ya que «le falta dignidad, se ha perdido la idea del bien común» y solo se aprecia «interés de partido».

Así lo explica en una entrevista con EFE con motivo de la presentación de su libro «El sentido del cristianismo» este lunes, 30 de junio, en Logroño, su ciudad natal.

El libro invita a los lectores a reflexionar sobre la fe, los valores y el futuro de la sociedad, en un momento en el que «el mundo está totalmente fragmentado» con problemas reales, como el de la inmigración, el desarme, las guerras y, en España, una política interna y un Parlamento español «fragmentados».

«Los políticos han dejado de ser hombres de Estado, hombres que buscan el bien común, que son capaces de ceder y pactar», y, en general, lo único que buscan es el interés, que «es siempre fragmentado», subraya Domingo Oslé, especialista en diferentes ámbitos del derecho y autor de más de una treintena de libros.

Cree también que, «muchas veces, los intereses de los partidos chocan con el bien común» y «el interés llevado a sus últimas consecuencias deriva en la corrupción».

Una ciudadanía por encima de la política

En su opinión, la clase política española, en general, «no está dando el ejemplo que debe dar a la ciudadanía, que sí está espiritualmente más elevada que la clase política».

La clase política, añade, tiene que «ser líder y guía y los demás (la ciudadanía) ir detrás de ella», pero ahora sucede lo contrario, ya que «la ciudadanía va por delante y responde mejor que la clase política».

Por ello, en esta reflexión, incide en la necesidad de que los políticos deben recuperar la idea del bien común y de servicio público «en su sentido más amplio».

Deben darse cuenta, asegura, de que han recibido el poder de la ciudadanía y están para servirla, no han recibido el poder de su partido para cumplir únicamente con los intereses de las formaciones políticas a las que representan.

Reconoce que hay personas que ejercen la política que son «muy buenas», pero, en general, «el nivel de la clase política se está degenerando y el de la ciudadanía está subiendo».

«Hay una ciudadanía que tira de la clase política más que la clase política de la ciudadanía», lo que es «un retroceso democrático muy profundo», dice Domingo Oslé, para quien la ciudadanía debiera pedir «más seriedad» a los políticos en las Cortes, que es la institución del pueblo, «no solo de los parlamentarios».

Por otra parte, también se refiere al momento actual, que es de «una profunda secularización» y «hay que plantearse en serio y sin miedo el valor del cristianismo», que tiene que «reinventarse».