Logroño (EFE).- Gustavo Sáenz se ha impuesto en las elecciones a la presidencia de la Federación Riojana de Fútbol, cargo en el que sucederá tras 17 años a Jacinto Alonso.
Gustavo Sáenz -de 49 años y aparejador de profesión- ha sumado 43 votos de los asambleístas (80 en total, aunque al menos se han ausentado 5) mientras que su oponente, Jesús Alonso, ha logrado 29 y también ha habido un voto en blanco.
La votación se ha celebrado en la pista del Palacio de los Deportes de La Rioja, en un ambiente marcado por la tensión entre las dos candidaturas; porque el acto de este sábado pone fin a un largo proceso, que debería haberse resuelto en 2024 y que se ha prolongado por diferentes recursos y denuncias.
Ahora, el nuevo presidente tomará posesión el 8 de agosto, aunque está por ver si su oponente, Jesús Alonso, renuncia a su intención de continuar sus recursos en los tribunales, ya que considera que Sáenz no podía ser candidato.
Tensión y polémicas entre candidatos
A principios de marzo Jesús Alonso fue quien más asambleístas logró en las elecciones generales de la Federación, 27, mientras que Sáenz consiguió 24 apoyos -aunque contaba con varios más de los 8 representantes de árbitros- y el tercero en liza, el expresentador de TV Raúl Ruiz, consiguió 21.

Semanas más tarde los dos segundos confirmaron su unión, lo que, a priori, les garantizaba la presidencia, pero la tensión se ha mantenido hasta este sábado, no solo por las polémicas entre los candidatos, sino por el miedo de cada uno de ellos -especialmente Sáenz- a que alguno de sus apoyos cambiara de opción.
Esa tensión se ha vivido fuera del Palacio de los Deportes, donde esperaban algunos de las personas que han trabajado con Sáenz en su proyecto pero no son miembros de la asamblea; en cuanto ha empezado el recuento de votos se ha hecho el silencio y en cuanto les han comunicado que ya habían superado los 40 ha empezado la euforia.

Nueva etapa de ilusión
Sáenz ha explicado que cree que uno de sus objetivos para los próximos años es cambiar el sistema electoral, que conlleva que cada asambleísta deba pronunciarse públicamente por un candidato aunque luego el voto es secreto.
«Por eso esto parecía un funeral, porque había que esperar a que entraran los votos en la urna y aunque conocía los apoyos que tenía también es cierto que hay gente que no ha podido venir», ha dicho.
En cualquier caso «empieza ahora una nueva etapa de ilusión, de ganas de trabajar con un buen equipo humano» ha afirmado Sáenz, que ha recordado que su oponente «ha dicho aquí, ante todos, que hay que acabar con los rencores y por eso espero que asuma el resultado» y no continúe en los tribunales.
Ha explicado que Raúl Ruiz va a ser su «mano derecha» aunque no ha aclarado cual será su puesto, «pero sí tengo claro que tiene mucho que aportar por su experiencia».