Logroño (EFE).- Una alumna matriculada en el Bachillerato Internacional del Instituto de Educación Secundaria (IES) Sagasta de Logroño ha afirmado que acude a clase sin el velo islámico en contra de su voluntad, pero solo lo hace para cumplir con la norma interna del centro, que prohíbe acceder al edificio con la cabeza tapada.
Así lo ha explicado en declaraciones a los periodistas durante el segundo recreo de este centro, donde, en la zona exterior, ha estado acompañada por cerca de un centenar de asistentes, entre los que había alumnos y personas contrarias a esa prohibición del instituto, que se ha puesto en marcha en el curso 2025-2026.
Ha reprobado esta actitud del centro, que ha dicho no comprender, pero ha recalcado que ella quiere cumplir la legalidad y, por lo tanto, acude sin el velo islámico.
Esta joven ha precisado que su interés es acudir a sus clases de Bachillerato Internacional en este instituto, que es el único en La Rioja en el que se imparten estos estudios.
«Diversidad si, discriminación no», «con velo o sin velo, la escuela es de todos» e «incluir sí, excluir no» son algunas de las frases que se han coreado en esta concentración ante una de las puertas del Sagasta, donde también se han portado algunos carteles.
Durante este acto, una estudiante ha detallado que se ha iniciado una recogida de firmas para presentarlas en la dirección del centro para solicitar que reconsidere su postura.
Se ha referido al Reglamento de Organización y Funcionamiento del instituto, en el que establece que no se permite el uso de gorros, gorras, viseras, capuchas, boinas y similares en el interior del edificio, lo que incluye el velo islámico.

Ha indicado que el motivo de esta recogida de firmas, iniciada este miércoles, con más de un centenar hasta el inicio de esta concentración, es explicar a la dirección que prohibir acudir a clase con el velo islámico «atenta contra los derechos y libertades y la libertad religiosa».
Por ello, han pedido a la dirección que reconsidere la decisión para permitir la entrada al centro haciendo uso de accesorios que cubran la cabeza por motivos médicos, religiosos o culturales, una excepción que, según ha indicado, ya ha sido contemplada por la normativa de otras instituciones.
Esta medida es «totalmente desproporcionada y desfavorable a los derechos del estudiantado y nada tiene que ver con la intención original de la norma al hablar de la vestimenta adecuada», lo que crea «un problema de convivencia donde nunca lo hubo», ha indicado esta alumna.