El policía David Aldana (i) e Indortes Manuel Pascual-Salcedo (d), junto a el alcalde de Logroño, Conrado Escobar, han recibido este viernes la Medallas al Mérito de la Policía Local de La Rioja. EFE/Raquel Manzanares

Dos policías locales reconocidos por salvar vidas aluden a su vocación de servicio público

Logroño (EFE).- Los policías municipales de Logroño David Aldana e Indortes Manuel Pascual-Salcedo, quienes han sido reconocidos con la Medalla al Mérito de la Policía Local 2024 por salvar varias vidas, han dicho este viernes a EFE que estas actuaciones han sido una labor de equipo, e las que ha primado su vocación de servicio público.

Ambos han recogido sus medallas en un acto en que ha intervenido el presidente del Gobierno riojano, Gonzalo Capellán, con la asistencia del alcalde de Logroño, Conrado Escobar, y la delegada del Gobierno en La Rioja, Beatriz Arraiz, entre otros representantes públicos.

En este acto también se han entregado los diplomas a los 58 nuevos agentes de la XIII promoción del curso básico de formación para ingresar en la Policía Local y se ha hecho un reconocimiento al número 1 de la promoción de la Policía Local de Logroño.

Entrega de diplomas a la XIII promoción del curso básico de formación para Policía Local de La Rioja. EFE/Raquel Manzanares

Empatía de las nuevas promociones

Ambos policías locales han agradecido a su Jefatura, al Ayuntamiento y al Gobierno regional la concesión de este premio, del que solo son «la cara visible», porque detrás están todos sus compañeros, y también han recordado el apoyo que les presta su familia.

Pascual-Salcedo, quien ha cumplido 25 años de servicio en junio, ha resaltado la empatía de las nuevas promociones que se incorporan a la Policía Local, porque cada vez están «mejor formadas».

Por su parte, su compañero, quien es policía desde hace 5 años, ha dicho que «no hay un protocolo ni una fórmula mágica para hacer estas intervenciones» y el solo intenta cada día hacer el trabajo lo mejor posible.

Tras salvar una vida, ha reconocido que le queda «el orgullo y una satisfacción personal increíble, que no puede compararse con ningún premio o medalla».