Eduardo Palacios / Logroño, (EFE).- Las empresas de Inteligencia Artificial (IA) viven un momento álgido en el que da la sensación de que no pararán de crecer, pero existen indicios de que van hacia una crisis similar a la que a principios de siglo sufrieron otras tecnológicas, conocida como la burbuja de las punto.com.
Así lo cree Juan Ignacio Rouyet, director del máster en Emprendimiento en Negocios de Base Tecnológica de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que ha realizado trabajos e investigaciones sobre diferentes aspectos de la IA.
Las «burbujas» de diferentes sectores son «riesgos que les afectan que van fraguando poco a poco, de manera silenciosa y claro, se ven cuando estallan y las acciones de las compañías empiezan a caer» aunque «ya hay indicios antes» como sucede ahora con la IA, en su opinión.
El principal de esos indicios es, a su juicio, «la sobre exposición, de sobre venta, de todo lo que tiene que ver con la IA».
Sucedió así en la burbuja de las tecnológicas entre finales del siglo pasado y principios de este, detalla, cuando había muchísimas expectativas en torno las empresas que se llamaron punto.com, pero muchas de ellas no tenían más estructura que una web y aún así se daban valoraciones de ellas de miles de millones de dólares.
Es decir, «se esperaba mucho de esas empresas» y «cuando no llegaron esos resultados vino la caída y se pinchó la burbuja».
Ahora mismo él detecta «una sobre venta» de la IA porque «parece que las aplicaciones de IA van a servir para todo» pero, de momento «son casi un juguete, en gran medida solo para generar textos o vídeos» y «lo que pasa con los juguetes es que llega un momento en el que los niños se cansan de ellos».
«Llegará un momento en el que esté más claro para qué vale la IA y en ese momento pueden bajar las expectativas, generarse una cierta desilusión» y «la burbuja puede pinchar».
Solo es una herramienta
Si llega esa situación de la que alerta este experto las consecuencias no serán solo para las empresas «porque desde el sector público se han hecho apuestas millonarias por la IA», recuerda «creo que porque todos los grandes bloques tienen miedo a perder la carrera» aunque «no se sabe a dónde va esa carrera».
«La IA es una herramienta que tiene muchas potencialidades, que es capaz de hacer muchas cosas y que ahorra tiempo, pero simplemente eso, una herramienta que, además, todavía tenemos que aprender a utilizar y saber que al final, la decisión es de un humano», considera Rouyet.
Un planteamiento que ahora mismo «es revolucionario» porque «supone decir la verdad de algo sobre lo que se ha creado un aura, porque se piensa en la IA como una magia, como una maravilla y si se dice que solo es una herramienta se cae esa maravilla y el mercado».
Por eso considera que en previsión de que pinche la burbuja «hay que educar a la sociedad en que solo hablamos de una herramienta, hay que quitarle ese aura para usarla mejor» aunque «ahora mismo hasta le damos las gracias a un chat de voz cuando hablamos con él, es como si le agradeciéramos a la cafetera el café que nos hacemos por la mañana».
