Vista de la boina de contaminación en Madrid. EFE/Mariscal/Archivo

La calidad del aire empeoró en 2022 en España por el repunte de tráfico y el cambio climático

Madrid (EFE).- Toda la población de España estuvo expuesta en 2022 a “niveles insalubres de contaminación”, en un año en el que empeoró la calidad del aire respecto a 2020 y 2021 por el aumento de las temperaturas y la escasez de lluvias, pero, sobre todo, por el repunte del tráfico y de la actividad económica.

Según el informe anual de Ecologistas en Acción, basado en mediciones de 780 estaciones de control de contaminación repartidas en 132 zonas de España y que incorpora datos de los principales aeropuertos y puertos, el año pasado, toda la población española y el 92 % de los territorios nacionales estuvieron expuestos a “niveles insalubres de contaminación” tras el fin de las restricciones por covid de los dos ejercicios anteriores.

La contaminación en España, una situación preocupante

No obstante, aunque en 2002 hubo un aumento significativo de los niveles de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) y más matizado de dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono troposférico respecto a los dos años precedentes, estos dos contaminantes no alcanzaron las concentraciones registradas en los años anteriores a la pandemia.

El aumento significativo de los niveles de partículas en suspensión provenientes del norte de África y de dióxido de nitrógeno concentradas en el “intenso tráfico de las urbes” refleja “la preocupante situación que atraviesa la calidad del aire en España”, acentuada en 2022 por “los registros más cálidos y secos desde, al menos, 1961”, ha subrayado el coordinador del informe, Miguel Ceballos, en la presentación del mismo ante la prensa.

Las olas de calor y falta de precipitaciones

Las tres olas de calor sufridas durante el verano y la escasez de precipitaciones “dispararon los niveles de concentración ozono”, el tercer factor al que combatir junto al polvo y el dióxido de nitrógeno en un contexto en el que el cambio climático, “pese a no ser la causa, agrava y dificulta el impacto de la contaminación”, ha puntualizado Ceballos.

Si se toman como referencia los valores máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), “el aire contaminado afectó a la totalidad de la ciudadanía nacional y a 463.000 kilómetros cuadrados, el 92 % del territorio”.

No obstante, en cuanto a los umbrales que ambiciona el objetivo a largo plazo de proteger la vegetación de la Unión Europea, la cifra de afectados se reduce a “7,6 millones de personas y 95.000 kilómetros cuadrados de extensión”, lo que significa que cuatro de cada cinco españoles respiraron en 2022 un aire que incumpliría los nuevos estándares legales propuestos por la UE para 2030.

Enfermedades respiratorias y cardiovasculares por la calidad del aire

La absorción de un aire de pobre calidad provoca enfermedades respiratorias y cardiovasculares “padecidas fundamentalmente por niños, ancianos, individuos con afecciones y patologías y las embarazadas”, ha remarcado el responsable del Área de Calidad del Aire de la organización ecologista, Paco Segura.

En este sentido, “hasta 25.000 personas fallecen prematuramente por este problema, 15 veces más que por accidente de tráfico”, según Segura, que ha alertado de que mediciones a las puertas de instituciones educativas demuestran “el inquietante riesgo” que supone que el aire asimilado por el alumnado sobrepase “el doble de los parámetros de contaminación que se consideran legales”.

Fomentar una movilidad sostenible

Ante esto, la encargada de Internacional de Ecologistas en Acción, Nuria Blázquez, ha instado a potenciar una movilidad sostenible y alternativa a la convencional, a adoptar una producción limpia que se apoye en el ahorro energético y en las renovables y a implantar zonas de bajas emisiones en “las 150 ciudades donde ya deberían estar operativas, cuando en la actualidad no se rebasan las 10”.

Por zonas, el informe señala que las partículas PM10 presentaron en Canarias la peor situación de la última década. Pese al desplome general del NO2 en un 20 % respecto al nivel medio entre 2012 y 2019, Barcelona volvió a superar el límite legal anual y Madrid lo igualó.