Fotografía que muestra la bandera de Brasil en el reflejo de los cristales rotos del Palacio del Planalto en Brasília (Brasil). EFE/Andre Borges

Brasil recupera la normalidad tras los asaltos a las sedes de los poderes

Brasilia, ene (EFE).- La calma regresó a Brasilia este lunes tras los ataques perpetrados en la tarde del domingo a las sedes de los tres poderes por bolsonaristas radicales, que buscaban derrocar al progresista Luiz Inácio Lula da Silva una semana después de que asumiera la jefatura de Estado en Brasil.

Pese a que los innumerables destrozos causados en el Congreso, la Corte Suprema y el Palacio presidencial de Planalto permanecían a la vista este lunes, el funcionamiento institucional del gigante suramericano fue completamente normalizado, dijeron fuentes oficiales.

Del mismo modo, las autoridades se pusieron manos a la obra para desmontar los campamentos que mantenían los bolsonaristas desde hace dos meses y que, según el Gobierno, fueron la incubadora de los graves disturbios del domingo.

olsonaristas radicales invaden el Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, sede de la Presidencia de la República en Brasilia (Brasil). EFE/ Andre Borges

Tras los ataques, Lula mantuvo encuentros este lunes con los jefes del Congreso y del Supremo Tribunal Federal en su oficina en el Palacio presidencial de Planalto para mostrar que los actos violentos de los radicales de la ultraderecha no paralizarían las instituciones.

El ministro de Justicia, Flávio Dino, aseguró que el país recuperó la normalidad institucional y señaló que el intento de los golpistas de generar un efecto dominó no fue exitoso.

“Algunos creían que a partir de esos eventos simbólicos, como los de invadir la Presidencia y el Congreso, propiciarían nuevas aventuras, y eso fue superado”, aseguró a la prensa.

Dino resaltó que “lo más importante es que las Fuerzas Armadas se mantuvieron fieles a la autoridad democrática”, señalando que “lo peor ya pasó”.

Defender la democracia en paz

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva (d), junto a la presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Rosa Weber (3i), y los ministros Luís Roberto Barroso (2i) y Dias Toffoli (i) en Brasilia (Brasil). EFE/ André Coelho

Tras reunirse Lula y los jefes de los poderes Legislativo y Judicial, hicieron un llamado en conjunto para mantener la “serenidad” y “defender la democracia” en paz.

“El país necesita normalidad, respeto y trabajo” para alcanzar “el progreso y la justicia social”, señala una nota conjunta firmada por Lula, y los titulares de la Cámara de los Diputados, el Senado y la Corte Suprema.

En la nota rechazaron los “actos terroristas, de vandalismo, criminales y golpistas” ocurridos en Brasilia y subrayaron que están “unidos para que sean tomadas todas las providencias institucionales, en los términos” que marcan “las leyes brasileñas”.

Campamentos bolsonaristas desactivados

Soldados del Ejército trabajan en el desmantelamiento de las tiendas de campaña de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro en un campamento frente al Cuartel General del Ejército, hoy, en Brasilia (Brasil). EFE/Andre Borges

Las acciones para restablecer el orden comenzaron desde temprano con el desmonte de los campamentos que bolsonaristas levantaron frente a los comandos del Ejército en diversas ciudades del país, siguiendo las instrucciones de un magistrado del Supremo que ordenó desactivar en 24 horas todos los asentamientos de ese tipo.

El principal, ubicado en Brasilia, fue el primero en ser desmontado en una acción pacífica en la que fueron arrestadas unas 1.200 personas, que se suman a otras 300 detenidas ayer.

“Desactivamos el campamento que sirvió como cuartel general de los inaceptables actos antidemocráticos de ayer”, dijo Ricardo Cappelli, secretario general del Ministerio de Justicia y quien está a cargo de la seguridad de Brasilia.

Según reportes de las autoridades, en al menos otros 13 estados se han desactivado este tipo de asentamientos o se adelantan acciones para su desmonte.

En la mayoría de casos no se han registrado incidentes, salvo en Belén, capital del estado amazónico de Pará, donde cinco personas fueron arrestadas por resistirse.

Además de los campamentos, la Policía de carreteras terminó de desbloquear nueve vías que se encontraban obstruidas desde la noche del domingo por bolsonaristas que buscaban impedir el paso de vehículos, especialmente en los estados de Pará y Mato Grosso.

Obras de arte damnificadas

Imagen que muestra los destrozos en el Palacio de Planalto tras el asalto de manifestantes bolsonaristas a edificios gubernamentales, en Brasilia (Brasil).
Imagen que muestra los destrozos en el Palacio de Planalto tras el asalto de manifestantes bolsonaristas a edificios gubernamentales, en Brasilia (Brasil). EFE/ André Coelho

Los ataques de ayer también causaron daños a numerosas obras de arte que estaban en los palacios, algunos irreparables, y cuyo valor es “incalculable”.

Según un primer balance parcial de la Presidencia, entre las obras damnificadas figuran “Bandeira do Brasil” (1995), del brasileño Jorge Eduardo, que se encontró flotando en un charco.

También fue afectada la monumental pintura “As mulatas” de Di Cavalcanti, valorada en cerca de 1,5 millones de dólares, que fue rasgada con objetos cortantes en siete partes.

En la sede del Congreso la lista incluye el vitral “Araguaia”, de Marianne Peretti, que fue totalmente destruido y la escultura en bronce “A bailarina”, de Victor Brecheret, reportada como desaparecida.

En la sede del Supremo fueron atacadas con aerosoles la escultura monumental “A Justiça”, de Alfredo Ceschiatti; así como varias esculturas de personalidades históricas y un tapiz que perteneció a la princesa Isabel, hija del emperador Pedro II.

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Bolsonaristas arrestados

Al menos 1.200 bolsonaristas fueron detenidos este lunes en el campamento que habían montado frente al cuartel general del Ejército en Brasilia desde las elecciones de octubre y desde el que fueron lanzados los ataques del domingo contra las sedes de los tres poderes en Brasil.

Según el Ministerio de Justicia, los bolsonaristas detenidos fueron conducidos en al menos 40 autobuses hasta la sede de la Policía Federal, donde serán identificados para intentar establecer si participaron en los ataques violentos del domingo y fichados por si en un futuro surgen pruebas en su contra.

Tan solo permanecerán arrestados los que sean señalados como participantes en los actos vandálicos y los que tengan algún indicio en su contra.

La policía militar de caballería llega a un campamento de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro, hoy, frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia (Brasil). EFE/Andre Borges

Los presos se sumarán a las cerca de 300 personas detenidas el domingo por su responsabilidad en los ataques.

El desalojo fue pacífico y se produjo luego de que el magistrado Alexandre de Moraes, uno de los once miembros de la Corte Suprema, ordenara el desmonte de todos los campamentos montados por bolsonaristas frente a cuarteles militares del país y desde el que defendían un golpe de Estado en Brasil contra Lula.

Lula ha prometido en un pronunciamiento encontrar y castigar a los “vándalos fascistas” que “destrozaron todo lo que encontraron a su paso” en Brasilia e identificar a los posibles “financiadores” de esos actos antidemocráticos.

El episodio vivido ha recordado a la invasión del Capitolio de Estados Unidos ocurrida el 6 de enero de 2021 por parte de simpatizantes del expresidente Donald Trump, quien guarda una relación de amistad con Bolsonaro.

Al menos 10 periodistas agredidos en los actos golpistas

Bolsonaristas radicales invaden el Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, sede de la Presidencia de la República en Brasilia (Brasil).
Bolsonaristas radicales invaden el Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, sede de la Presidencia de la República en Brasilia (Brasil). EFE/ Andre Borges

El Sindicato de Periodistas de la capital brasileña ha contabilizado diez casos en los que periodistas de medios brasileños y extranjeros que cubrían estos sucesos fueron agredidos o robados en Brasilia.

Entre los agredidos, se encuentra una periodista de la revista New Yorker, que recibió golpes y fue derribada por los manifestantes, y una fotógrafa del medio brasileño Metrópoles fue golpeada a puñetazos y patadas por diez hombres.

Otros profesionales, del diario O Tempo y de la televisión Jovem Pam, fueron agredidos y los atacantes les llegaron a amenazar con armas de fuego.

Los radicales también obligaron a varios fotógrafos a borrar las imágenes que habían tomado, entre ellos un profesional de la Agencia EFE.

Marcha de repudio

Partidarios del presidente Luiz Inácio Lula da Silva realizan una manifestación por la democracia en Brasília (Brasil). EFE/André Coelho

Al caer de la noche, miles de personas se congregaron en las principales ciudades del país para repudiar los ataques.

En la Avenida Paulista de Sao Paulo, los manifestantes coreaban consignas pidiendo que Bolsonaro vaya “a prisión” y exigiendo que no haya amnistía para los responsables por la intentona golpista.