El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en una fotografía de archivo. EFE/André Borges

Lula recuerda el ataque golpista con la promesa de unir y reconstruir Brasil

Brasilia (EFE).- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recordó este miércoles el ataque golpista a los tres poderes perpetrado por miles de radicales bolsonaristas hace justo un mes, con la promesa de “unir” y “reconstruir” el país.

“El 8 de enero, la sede de nuestros poderes fue invadida y vandalizada por personas que no respetan al pueblo, ni a Brasil. Un mes después, seguimos firmes trabajando en la defensa de la democracia, la unión y la reconstrucción del país”, señaló el mandatario en sus redes sociales.

Lula acompañó su mensaje con un video de casi cinco minutos de duración, divulgado en los canales oficiales del Gobierno, que muestra el violento asalto a las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema llevado a cabo por seguidores del expresidente Jair Bolsonaro el pasado 8 de enero.

Lula promete castigo de los responsables

El episodio, calificado por el Ejecutivo como “intento de golpe de Estado”, ocurrió una semana después de que Lula asumiera la Presidencia por tercera vez, tras ganar los comicios de octubre de 2022 ante Bolsonaro, a quien investigan por incitar a sus seguidores a atacar las instituciones.

El video recoge los destrozos causados por los radicales de ultraderecha, a los que la actual Administración asocia con términos como “terrorismo”, “asociación criminal” y “delitos contra el patrimonio cultural”.

También rescata declaraciones del jefe de Estado prometiendo castigar a todos los responsables y acusando de “negligencia” a sectores policiales y militares encargados de la seguridad de los tres poderes, algo que está bajo investigación.

Igualmente, recuerda las reuniones que mantuvo Lula con los presidentes de los poderes Legislativo y Judicial y la inmensa mayoría de los gobernadores de los 27 estados brasileños.

Por último, el video incluye la inesperada destitución del ahora excomandante del Ejército, el general Júlio Cesar de Arruda, y el nombramiento de su sustituto, el general Tomás Paiva, una decisión con la que Lula quiso cerrar la “fractura de confianza” abierta con la cúpula de la fuerza terrestre desde el asalto de Brasilia.