Jerusalén, 9 mar (EFE).- Las multitudinarias protestas en Israel contra la reforma judicial impulsada por el nuevo Gobierno derechista de Benjamín Netanyahu se expanden cada semana a nuevos sectores de la sociedad e incluyen ya a importantes referentes de la cultura, la economía, la justicia y hasta el Ejército.
Diez semanas consecutivas de manifestaciones tienen a una parte importante de la sociedad en pie de guerra ante la reforma judicial, que busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería profundamente debilitada, menoscabando el rol fiscalizador del Supremo.
Este jueves, decenas de miles de manifestantes han vuelto a salir a las calles en las principales ciudades de todo Israel.
De momento, al menos 13 personas han sido detenidas en enfrentamientos con la policia, según un portavoz.
En Tel Aviv, los manifestantes se dieron cita hoy en el aeropuerto con la intención de bloquear la llegada de Netanyahu, que a las 13 hora local (11 GMT) tenía previsto salir de visita oficial a Roma.
Según prensa local, para eludir las protestas y tras retrasar una hora su viaje, un helicóptero de la Policía le llevó hasta la infraestructura aeroportuaria, donde se reunió con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, que también tuvo que modificar la agenda de su visita a Israel.
“Dictador mentiroso no vuelvas aquí”, gritaban los manifestantes en alusión al primer ministro, pidiéndole que se quede en Italia, donde tiene previsto reunirse con la nueva primera ministra italiana de extrema derecha, Giorgia Meloni.
En el resto del país también se han bloqueado carreteras y accesos a ciudades, como en Jerusalem, Haifa, o Ranana.
En Haifa, que alberga el mayor puerto mercante del país, soldados y reservistas del Ejército han llegado a bloquear el tráfico marítimo en esta nueva jornada de protestas, bautizada como “día de la interrupción”, que pretende paralizar el país.

Según una encuesta reciente, un 66 % de los israelíes se oponen a la reforma judicial, entre los que hay representantes de todos los sectores de la sociedad.
Juristas
Desde antes incluso de que se presentara el proyecto de reforma, representantes de la Justicia israelí ya hacían sonar las alarmas. Desde bufetes de abogados hasta la presidenta del Tribunal Supremo, el rechazo ha sido prácticamente unánime.
“Estamos convencidos de que esta iniciativa no mejorará el sistema sino que amenaza con destruirlo”, advirtió una carta firmada por todos los exfiscales generales del Estado aún vivos.
La presidenta del Supremo, Esther Hayut, denunció que la reforma “destruiría el sistema judicial” y representaría “una herida mortal a la independencia de la Justicia”. A ella se sumaron 18 exmagistrados del Supremo, que alertaron que los cambios previstos son “una amenaza para el sistema político y el estilo de vida en Israel”.
Economistas y sector de la alta tecnología
Dos expresidentes del Banco Central de Israel (BCI) publicaron una tribuna conjunta en Yedioth Aharonoth, diario más leído del país, pronosticando que el debilitamiento de la Justicia traería “un fuerte golpe a la economía y a la población perjudicando su calificación crediticia.
“En la medida en que el mercado perciba que la reforma legal daña la fortaleza e independencia de las instituciones estatales y aumenta la incertidumbre en el entorno de inversión, esto puede perjudicar la actividad económica”, advirtió también la economista principal del Ministerio de Finanzas, Shira Greenberg.
El actual presidente del BCI, Amir Yaron, ha mantenido varias reuniones con Netanyahu para advertirle del riesgo de fuga de capitales y de los temores de los inversores internacionales, lo que podría provocar “una crisis económica en cualquier momento”, llegó a afirmar en esos encuentros según la prensa hebrea.
El sector bancario ha alertado de que ya han salido del país 4.000 millones de shékels (1.050 millones de euros) e importantes empresas del vital sector de la alta tecnología -que representa el 15 % del PIB de Israel-, como Riskified o Papaya Global, ya han anunciado su intención de abandonar el país.
De hecho, los trabajadores de la alta tecnología son uno de los pilares sobre los que se asienta el movimiento de protesta contra la reforma judicial, y de manera insólita, han llevado a cabo varios paros laborales.

Militares
Más de 400 exmiembros de las fuerzas de seguridad, incluyendo altos cargos del Ejército y de los servicios de inteligencia Mosad y Shin Bet, destacaron que los primeros perjudicados por la reforma y su impacto en la independencia de la Justicia “serán los soldados y las fuerzas de seguridad, así como su defensa física y legal”.
Esta misma semana se desató una catarata de reservistas, desde soldados rasos hasta algunos de los más respetados agentes de inteligencia, que anunciaron que no prestarían servicio en tanto el Gobierno avance con los cambios previstos.
“El miércoles 8 de marzo dedicaremos nuestro tiempo al discurso y al pensamiento en aras de la democracia y la unidad del pueblo, por lo que no nos reportaremos a servicio de reserva en este día”, lee una carta firmada por 37 de los 40 reservistas del 69º Escuadrón de la Fuerza Aérea, responsable de operar los aviones de combate F-15.
En otra misiva remitida a Netanyahu un día después, todos los exjefes de la Fuerza Aérea vivos le pidieron que frene inmediatamente esa reforma, ya que la tensión social que ha desatado supone “un peligro grave y tangible para la seguridad del país”.
Premios Nobel
Un grupo de siete ganadores del premio Nobel publicó el mes pasado una carta abierta para expresar su “profunda preocupación” ante lo que describieron como un “cambio de régimen con claros impactos negativos” sobre instituciones educativas y de investigación “que representan el motor económico y de seguridad del país”.
La carta advirtió sobre los peligros de asemejarse a países como Turquía, Polonia y Hungría: “la investigación científico-tecnológica y la educación superior avanzada prosperan en países democráticos donde existe una clara separación de poderes”.