El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, y la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen., en la bilioteca Ronald Reagan. EFE/ Etienne Laurent

China sanciona al Instituto Hudson y a la Biblioteca Reagan estadounidenses

Pekín (EFE).- China anunció hoy la imposición de sanciones contra el Instituto Hudson y la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan por “proporcionar una plataforma” para que la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, “participara en actividades separatistas” durante su reciente estancia en Estados Unidos.

“Las actividades celebradas allí dañaron gravemente la soberanía y la integridad territorial de China. Restringiremos los intercambios entre universidades, organizaciones e individuos de nuestro país con estas instituciones”, indicó el ministerio de Exteriores chino en un comunicado.

China anunció hoy también sanciones contra la representante de Taiwán ante EE. UU., Hsiao Bi-khim, tras condenar la estancia y actividades de Tsai, quien se reunió el miércoles con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.

Tsai pronunció el jueves un discurso en un simposio organizado por el Instituto Hudson, que le concedió su Premio al Liderazgo Global, además de reunirse con legisladores estadounidenses en la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan, en Simi Valley (California).

La gente ve en Taipei la visita de la presidenta del país a EE.UU. EFE/EPA/RIitchie B. Tongo

El país asiático también sanciona a John Walters, director del Instituto Hudson; a Sarah Stern, presidenta de la junta directiva del Instituto Hudson; a John Heubusch, director ejecutivo de la Biblioteca Reagan, y a Joanne Drake, jefa administrativa del centro.

China congelará los bienes de tuvieran estas personas dentro de su territorio, les prohibirá realizar actividades con instituciones chinas y les denegará visados para entrar en el país.

Pekín condenó el jueves la estancia y actividades de la presidenta Tsai en EE.UU., país al que acusó de “confabulación” con Taiwán, a la vez que avanzó que responderá con “medidas resueltas y efectivas para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial”.

Por su parte, EE. UU. pidió al país asiático “no sobrerreaccionar” a la reunión e insistió en que el paso de la presidenta taiwanesa por su territorio es “una escala” de su viaje a Centroamérica, según la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.

La situación recuerda a la ocurrida en agosto pasado, cuando la visita a Taiwán de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, enfureció a Pekín, que la calificó de “farsa” y “traición deplorable”.

En respuesta, China impuso sanciones a Pelosi, suspendió el diálogo con EE. UU. en varios ámbitos importantes y desplegó en el Estrecho de Taiwán maniobras militares de una intensidad inédita en décadas.

La isla es uno de los mayores motivos de conflicto entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con China.

China reclama la soberanía sobre Taiwán, que considera una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949 tras perder la guerra civil contra el ejército comunista.