Lisboa (EFE).- Portugal entra en un año marcado por las elecciones anticipadas del 10 de marzo tras la salida del socialista António Costa, que ha liderado los gobiernos de los últimos ocho años y que dimitió en noviembre por presuntas irregularidades en negocios de litio e hidrógeno.
Aunque nadie plantea repetir la mayoría absoluta de 2022, el Partido Socialista (PS) no lo ha perdido todo con la salida de Costa, ya que las últimas encuestas indican que podría ser la fuerza más votada o quedar en empate con el Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha y líder de la oposición hasta ahora).
Esto obligaría tanto a la derecha como a la izquierda a negociar con los otros partidos si quieren formar Gobierno.
Atención puesta en los dos principales candidatos
La atención está puesta en los dos principales candidatos: el exministro socialista Pedro Nuno Santos, desde hace años rostro visible del ala izquierdista del PS y elegido en diciembre como nuevo líder de su partido, y el conservador Luís Montenegro, que, sin un asiento en el Parlamento, ha recorrido el país en los últimos meses para recuperar el terreno perdido por el PSD.
Un sondeo realizado por la consultora Aximage para los medios Diário de Notícias y Jornal de Notícias y la emisora TSF publicado este domingo muestra que el 51% de 805 encuestados ve a Pedro Nuno Santos como el primer ministro más probable, si hubiera que elegir entre él y Montenegro.
Para los portugueses, Nuno Santos es también el más competente (38 %), solidario (38 %) e influyente (52 %).
En el caso de Montenegro, solo el 31 % lo ve como el primer ministro más probable y el 32 % lo ve más competente que Nuno Santos, aunque el 30 % (cinco puntos porcentuales más que el líder socialista) lo considera más honesto.
Otra encuesta de la Universidad Católica lusa publicada hace un mes por el canal RTP, la emisora Antena 1 y el medio Público apuntaba a un empate técnico entre estas dos fuerzas políticas, con una ligera ventaja para el PSD.
Próximos pasos
Los pasos de los próximos días serán la disolución del Parlamento el 15 de enero y el comienzo de la campaña electoral el 25 de febrero.
Los socialistas tienen previsto un Congreso Nacional del 5 al 7 de enero que servirá para formalizar los últimos detalles de la organización del partido de cara a las elecciones de marzo, necesaria principalmente tras la salida de Costa y la elección de un nuevo líder.
Van con varias semanas de retraso en comparación al PSD, que realizó sus primeros anuncios electorales a finales de noviembre.
Costa, días después de anunciar su dimisión tras saberse investigado por la fiscalía lusa, intentó que el jefe de Estado, Marcelo Rebelo de Sousa, no disolviera el Parlamento y nombrara a un nuevo primer ministro socialista, pero el presidente descartó la idea y convocó elecciones anticipadas.
El sistema sanitario se adueñará de la agenda
Entre los retos que deberá asumir el nuevo Gobierno está la crisis que sufre la Sanidad pública lusa desde hace años, que ha provocado el cierre de varios servicios médicos, principalmente de Urgencias, en hospitales de todo el país y decenas de manifestaciones entre los profesionales, que piden más medios y mayores salarios.
Los profesores de la Enseñanza Pública, los trabajadores del sistema judicial, los conductores de transportes públicos y los agentes policiales, entre otros sectores, también arrastran negociaciones por mejores condiciones laborales que deberá afrontar el nuevo Ejecutivo, así como una fuerte crisis de vivienda.
Elecciones en Azores y europeas
Pero estos no son los únicos comicios que deberán afrontar este año los portugueses, ya que la región de las Azores celebrará elecciones anticipadas el 4 de febrero, después de que el gobierno conservador no consiguiese sacar adelante el presupuesto de 2024 por los desencuentros entre los partidos de la derecha.
Los portugueses deberán votar también en las elecciones europeas, previstas para junio.
