Iraníes rellenan sus papeletas de voto en una mezquita en Shahre-Ray, al sur de Teherán. EFE/EPA/Abedin Taherkenareh

Cierran los colegios en Irán tras 16 horas de elecciones al Parlamento

Teherán (EFE).- Irán cerró a medianoche los colegios electorales tras 16 horas y tres extensiones del plazo para votar en los comicios parlamentarios y a la Asamblea de Expertos, dominados por los conservadores y en medio de un descontento popular que amenaza con una baja participación.

En torno a 60.000 colegios abrieron sus puertas a las 08.00 de la mañana, hora local (04.30 GMT), en todo el país y cerraron a las 24.00 hora locales ((20.30 GMT) tras la extensión en tres ocasiones del horario inicial previsto, informó la Comisión Electoral del país persa.

Unos 15.200 candidatos -1.713 de ellos mujeres- compiten por los 290 escaños del Parlamento, mientras que 144 clérigos se presentan a los 88 puestos de la Asamblea de Expertos, órgano que elige al líder supremo de la República Islámica en caso de vacante.

Mujeres iraníes con velo emitien sus votos en las elecciones legislativas iraníes en una mezquita en Shahre-Ray, en el sur de Teherán, este 1 de marzo . EFE/EPA/Abedin Taherkenareh

Este organismo se elige cada ocho años y podría ejercer un papel determinante en este mandato, dado que el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, ya tiene 84 años.

Los comicios llegan dominados por el bloque conservador, que ahora cuenta con mayoría parlamentaria, tras la descalificación de numerosos candidatos reformistas, que han puesto en duda la libertad de las elecciones y, en algunos casos, han llamado al boicot.

Jameneí fue el primer iraní en depositar su papeleta en un acto televisado en el que llamó de nuevo a votar para “decepcionar a los enemigos” ante la aparente indiferencia del electorado.

“Hagan a nuestros amigos felices y decepcionen a nuestros enemigos. Por favor, voten”, dijo el líder supremo iraní.

En el polo opuesto, cientos de activistas, políticos, estudiantes y profesores han llamado a la abstención en los comicios, entre ellos la premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi, que considera el boicot como “una obligación moral para los iraníes que aman la libertad y buscan la justicia”.

Participación

Las encuestas sitúan la participación entre un 30 % y un 41 %, en comparación con las legislativas de 2020 en las que votó un 42 %, el nivel más bajo en la historia de la República Islámica, que ha dado siempre gran importancia al alto número de votos como prueba de su legitimidad y respaldo popular.

De esta manera, estas elecciones miden el nivel de descontento de la población con la República Islámica después de la represión policial contra las protestas desatadas por la muerte en 2022 de la joven Mahsa Amini tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico y en las que murieron 500 manifestantes en choques con las fuerzas de seguridad.

Una mujer iraní muestra su dedo cubierto de tinta después de emitir su voto en las elecciones legislativas iraníes en la mezquita de Ershad en el norte de Teherán, este 1 de marzo.EFE/EPA/Abedin Taherkenareh

Voto elegido y obligado

La fiesta de la democracia la vivieron desde parejas que acudieron a votar tras casarse en la ciudad de Saveh, vecina de Teherán, a un taxista de la urbe de Gorgan que aseguraba que ha convencido a 250 indecisos de que votaran, según medios. 

“Lo he hecho (votar) para demostrar mi apoyo a la República Islámica y frustrar a los enemigos. Nuestra participación muestra al mundo que el sistema tiene mucho apoyo público”, dijo a EFE Fatemeh, una ama de casa de 52 años, en el centro de Teherán.

En este colegio electoral del centro de la capital, unas 10 personas esperaban para votar, una situación parecida a los cuatro centros que visitó EFE. 

Ali Reza, empleado de 56 años de una empresa gubernamental, también votó, pero expresó una opinión diferente.

“Yo voté en contra de mi voluntad. En las empresas, sobre todo de Gobierno, siempre controlan quién ha votado y quien no”, aseguró.

Protestas 

En medio de la jornada electoral, el cantante Shervin Hajipour anunció que ha sido condenado a tres años y ocho meses de cárcel por “propaganda contra el sistema e incitación a los disturbios” por su canción “Baraye” (Para), himno de las protestas.

El estribillo de la canción es “Mujer, vida, libertad”, el eslogan que resonó en Irán durante los meses que duraron las protestas en las que se pidió el fin de la República Islámica. 

Algo que muchos en el país persa no olvidan, especialmente jóvenes y mujeres. 

“Votar en las elecciones de la República Islámica me convertiría en cómplice de sus crímenes”,  dijo a EFE Maryam días antes de las elecciones en Teherán.