El presidente francés, Emmanuel Macron, en una imagen de archivo. EFE/LUDOVIC MARIN

El Gobierno francés se lanza a la arena mientras siguen las luchas internas en la derecha

París, (EFE).- El Gobierno francés se puso en modo electoral, con acciones en múltiples frentes, en un intento de enjuagar la fuerte ventaja que le lleva el ultraderechista Renovación Nacional (RN) en los sondeos de intención de voto para los comicios legislativos.

Con un país que apenas acaba de asumir la nueva convocatoria tras las europeas del pasado domingo y que asiste asombrado a la posibilidad de que el RN pueda acceder al Gobierno, la campaña electoral ha comenzado de forma extraoficial de forma brutal.

La ofensiva del Ejecutivo comenzó con el anuncio de una serie de medidas en distintos campos en los que el RN ha conseguido superarle en la percepción de buena parte de los franceses, como más dureza contra la delincuencia y la violencia juveniles y más control sobre las actividades ilegales de los presos en las cárceles.

Además, el primer ministro, Gabriel Attal, anunció que antes del 1 de julio se aprobará un decreto para aplicar la reforma del subsidio de desempleo, muy criticada por los sindicatos porque endurece las condiciones para su cobro como medida para incitar a que los parados acepten el primer trabajo que se les ofrezca.

Attal visitó después Boulougne sur Mer, en el departamento de Paso de Calais, un tradicional feudo de la ultraderecha de Marine Le Pen, donde declaró que debatió con los ciudadanos mientras otros partidos maquinan alianzas a puerta cerrada.

También acusó al RN de “hacer de Papá Noel” con promesas electorales que sabe que no podrá cumplir.

En el campo gubernamental, el índice de aprobación del presidente Emmanuel Macron ha caído este mes hasta al 24 %, el más bajo desde el inicio de su segundo mandato, según el sondeo mensual de Elabe para Les Echos publicado hoy.

Prosigue la guerra interna en LR

Mientras tanto, la guerra interna por el control del conservador Los Republicanos (LR), continuó entre el presidente Ciotti, y la comisión ejecutiva del partido, que decidió ayer expulsarle por pactar por su cuenta la ultraderecha lepenista.

Ciotti acudió a su despacho a la sede del partido y se asomó a la ventana para decir a los periodistas que él seguía al frente. Sobre todo, presentó un recurso judicial de urgencia contra la decisión de la comisión ejecutiva, sobre la base de que había violado los estatutos del partido.

El expresidente, Éric Ciotti, en una imagen de archivo.
El presidente, Éric Ciotti, en una imagen de archivo. EFE/CHRISTOPHE PETIT TESSON

El tribunal judicial de París estudiará mañana, viernes, ese recurso para decidir lo antes posible sobre su validez.

La comisión ejecutiva se reúne de nuevo a última hora de esta tarde para revalidar su decisión, ya que asegura que, tras tomar decisión ayer por unanimidad, ahora tiene suficientes firmas de cargos electos para confirmarla.

Aún así, uno de los líderes rebeldes a Ciotti, François Xavier Bellamy, reconoció hoy que, si tuviera que elegir en una segunda vuelta entre un ultraderechista de RN o un izquierdista de La Francia Insumisa, elegiría al primero.

De momento, Ciotti y las dos grandes figuras del RN, Marine le Pen y Jordan Bardella, mantuvieron hoy un almuerzo del que no han trascendido su contenido o resultados.

Los partidos de izquierda cierran el acuerdo

Los partidos franceses de izquierda anunciaron este jueves que han alcanzado un acuerdo final para crear un nuevo ‘Frente Popular’ de cara a las elecciones legislativas del 30 de junio y 7 de julio.

El acuerdo incluye candidaturas únicas en cada una de las circunscripciones electorales del país, así como un programa de gobierno. La unión “se ha sellado”, señaló una declaración común.

“Hemos alcanzado un programa político de ruptura, con un despliegue para los primeros 100 días de mandato, propuestas concretas y realistas para que la vida de los franceses cambie realmente”, dice la declarción común

Jean-Luc Melenchon, en una imagen de archivo.
Jean-Luc Melenchon, en una imagen de archivo. EFE/Sebastien Nogier