Cyril Ramaphosa (d) presta juramento ante el presidente del Tribunal Supremo de Sudáfrica, Raymond Zondo (i), en la ceremonia de investidura como presidente sudafricano. EFE/EPA/Kim Ludbrook/Pool

Ramaphosa: Una “nueva era” empieza para Sudáfrica con el Gobierno de unidad nacional

Johannesburgo, (EFE).- Cyril Ramaphosa afirmó este miércoles tras ser investido presidente de Sudáfrica que “una nueva era” empieza en el país, después de que la pérdida de la mayoría absoluta en las elecciones del 29 de mayo obligara al Congreso Nacional Africano (CNA) a acordar un Gobierno de unidad nacional.

“La formación de un Gobierno de unidad nacional es un momento de profunda importancia. Es el comienzo de una nueva era”, dijo el presidente durante su discurso tras jurar el cargo ante el jefe del Poder Judicial sudafricano, el magistrado Raymond Zondo.

“Es un momento en el que debemos elegir entre avanzar juntos o arriesgarnos a perder todo lo que hemos construido”, añadió Ramaphosa.

La solemne ceremonia, que se celebró en los Union Buildings, la sede del Ejecutivo sudafricano en Pretoria, dio el pistoletazo de salida a un segundo y último mandato de cinco años para Ramaphosa, que todavía no ha desvelado la composición de la coalición gubernamental.

La Guardia Nacional de Sudáfrica (NCG) en la investidura de Cyril Ramaphosa como presidente de Sudáfrica en Pretoria
La Guardia Nacional de Sudáfrica (NCG) en la investidura de Cyril Ramaphosa como presidente de Sudáfrica en Pretoria, este 19 de junio. EFE/EPA/Phill Magakoe/ POOL

Un largo camino hasta esta segunda investidura

La investidura tuvo lugar después de una maratoniana primera sesión de la Asamblea Nacional (Cámara baja del Parlamento) el pasado viernes, en la que Ramaphosa, de 71 años, fue elegido como presidente por 283 votos.

Horas antes, John Steenhuisen, líder de la Alianza Democrática (AD, centroderecha liberal), hasta ahora primera fuerza de la oposición, anunció haber llegado a un acuerdo con el CNA para formar un “Gobierno de unidad nacional (GUN)”.

Este lunes, la formación gobernante confirmó que otras tres fuerzas políticas aceptaron unirse también a la alianza: el Partido de la Libertad Inkatha (IFP, conservador y nacionalista de la etnia zulú), GOOD (socialdemócrata) y Alianza Patriótica (AP, extrema derecha).

El acuerdo puso fin a la incertidumbre después de que el CNA lograra en los recientes comicios un 40,18 % de los votos, que se traducen en 159 de los 400 escaños de la Asamblea Nacional, perdiendo la cómoda posición en el poder que había ocupado desde la instauración de la democracia y el fin del sistema racista del ‘apartheid’ en 1994.

Declaración de intenciones

Los partidos han adoptado una declaración de intenciones, en la que se han comprometido a buscar un crecimiento económico rápido, inclusivo y sostenible”, afirmó Ramaphosa este miércoles en su discurso de investidura.

Otros objetivos incluidos en esa declaración son defender los derechos de los trabajadores, acabar con la alta criminalidad, reducir la pobreza y llevar a cabo una política exterior basada en la defensa de los derechos humanos, detalló el mandatario, si bien no aclaró cómo reconciliarán sus desacuerdos ideológicos para alcanzar esas metas.

El jefe de Estado señaló también que el CNA invitará a otras formaciones políticas, a la sociedad civil, a los trabajadores, a las empresas y a diversos actores de la sociedad a un “diálogo nacional sobre los desafíos críticos a los que se enfrenta la nación”.

“Buscaremos, como hemos hecho en tantos otros momentos importantes de nuestra historia, forjar un pacto social para hacer realidad las aspiraciones de nuestro Plan Nacional de Desarrollo”, afirmó Ramaphosa, ya convertido en quinto presidente de la historia democrática de su país, el más industrializado de África.

“Debemos ser valientes y debemos ser audaces. Esta es una nueva corriente que augura progreso, transformación y un cambio profundo y fundamental”, concluyó.

Graça Machel (d), viuda del ex presidente sudafricano Nelson Mandela, y su hija, la activista de derechos humanos Josina Machel (i.), a su llegada a la toma de posesión del sudafricano Cyril Ramaphosa como presidente en Pretoria. EFE/EPA/Phill Magakoe/ POOL

Baja popularidad

Tras desempeñar un importante papel en las negociaciones que permitieron desmantelar el ‘apartheid’, ser un líder sindicalista y prosperar en el sector privado, Ramaphosa llegó en 2018 a la Presidencia sudafricana con la promesa de cambio para acabar con la corrupción que empañó el mandato de su antecesor, Jacob Zuma (2009-2018).

Sin embargo, su popularidad decreció por la persistencia de problemas como el elevado desempleo (32,9 %), la criminalidad, la crisis energética con constantes apagones y la extrema desigualdad que todavía pesa sobre la población negra.