São Paulo (EFE).- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, planteó este viernes que se presentará a la reelección en 2026, si está al «100 % de salud» y «con la misma energía» que tiene ahora.
«Si me encuentro bien y creo que puedo ser candidato, seré candidato, pero no es mi prioridad ahora», señaló el mandatario de 79 años en una entrevista a una radio local, en el marco de su visita a Belém para conocer in situ las obras de cara a la Cumbre del Clima (COP30).
No obstante, dijo que debe «ser consciente» de su edad avanzada y, por lo tanto, «no puede mentir a nadie» y «mucho menos» mentirse a sí mismo.
Además, recordó que ser candidato implica «una discusión con muchos partidos políticos y con la sociedad brasileña».
«Es muy temprano para hablar de las elecciones de 2026», subrayó para después afirmar que aún pretende «entregar mucho» hasta el final de su Gobierno.
Lula está en el tercer de sus cuatro años de mandato y cumplirá 81 años cuando se celebren las elecciones presidenciales de octubre de 2026.
Los sondeos publicados hasta la fecha le dan como favorito frente a una derecha fragmentada entre varios posibles postulantes que intentan absorber el capital político del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, inhabilitado por atacar las instituciones democráticas y sembrar sospechas sobre las elecciones.

PT con Lula para 2026
Por otro lado, el Partido de los Trabajadores (PT) solo piensa en Lula como su candidato para 2026, aunque el antiguo dirigente sindical parece no haberse decidido aún.
Y es que Lula ha tenido algunos problemas de salud desde que asumió la Presidencia, el 1 de enero de 2023.
En el último, en diciembre del año pasado, fue sometido a una intervención quirúrgica de urgencia para drenar una hemorragia intracraneal derivada de una caída que sufrió en casa unas semanas antes.
La cirugía le obligó a estar varios días bajo cuidados intensivos, aunque no le quedó ninguna secuela neurológica, según su equipo médico.
En noviembre de 2022, poco después de ganar las elecciones frente a Bolsonaro, estuvo hospitalizado para la retirada de una pequeña área de «leucoplasia» -manchas blancas- en las cuerdas vocales.
Ya en el poder, en marzo de 2023, tuvo una bronconeumonía que le obligó a postergar una importante visita de Estado a China.
La popularidad de Lula se desploma
La popularidad del mandatario se ha desplomado al menor nivel ya registrado en sus tres mandatos presidenciales, según una encuesta publicada este viernes.
La aprobación de la gestión de Lula, quien ya gobernó el país entre 2003 y 2011, cayó del 35 % al 24 % en dos meses, mientras que la desaprobación subió del 34 % al 41 %, de acuerdo con el último sondeo del prestigioso Instituto Datafolha.
Hasta ahora, su nivel de menor popularidad había sido del 28 %, alcanzado en 2005, en medio del escándalo de corrupción conocido como ‘mensalão’, pero luego se recuperó y llegó a alcanzar cotas muy elevadas, gracias al éxito de los programas sociales para reducir la pobreza.
Desde que empezó su tercer mandato en enero de 2023, la aprobación de Lula reportada en los anteriores sondeos de Datafolha rondaba un media del 36 %.
Sin embargo, este inicio de año ha sido turbulento para el mandatario progresista, quien ha tenido que lidiar con una ola de noticias falsas difundidas por la ultraderecha en torno a una medida de Hacienda que buscaba fiscalizar el sistema de pagos electrónicos usado por millones de brasileños en su día a día.
El Gobierno tuvo que dar marcha atrás, justo cuando el ministro de Comunicación, Paulo Pimenta, a quien Lula culpaba de no saber vender a la población los logros de su mandato, era sustituido por el publicista Sidônio Palmeira.
Inflación desafía economía brasileña
En el plano económico, si bien el aumento de los precios se desaceleró en enero, la inflación del 4,56 % se mantiene por encima de la meta del Banco Central, lo que ha motivado incrementos sucesivos en la tasa de interés.
Lula tiene, por costumbre, quitar hierro a las encuestas y hace poco dijo que era «muy pronto» para evaluar el mandato después de dos años y que era necesario «tener paciencia».
Con todo, la evolución de la aprobación del Gobierno es seguida de cerca por los aliados de Lula de cara a las próximas elecciones presidenciales de 2026.