Responsables y usuarios del proyecto de la Fundación Atena para incentivar a personas con discapacidad intelectual, en la presentación de la iniciativa “Tu cuerpo tu instrumento”. EFE/Jesús Diges

La Fundación Atena convierte a las personas con discapacidad intelectual en creadoras de música

La Fundación Atena, en su labor de promocionar los recursos artísticos para personas con discapacidad intelectual, ha puesto en marcha un proyecto que dota a los usuarios de un sistema interactivo con el que pueden “crear y experimentar la música”. De esta manera se estimula su motivación, se fomenta su autonomía y se mejora su autopercepción.

Se ha puesto de manifiesto en la presentación este lunes del proyecto “Tu cuerpo tu instrumento”. Está dirigido a mejorar las interacciones de las personas y a conectar con su entorno. Se apoya en una herramienta tecnológica, el “Motion Composer”, que capta el movimiento de las personas y lo traduce en sonidos y música.

“A través de la transformación del movimiento de las personas en música, el cuerpo se convierte en un instrumento. Así, se acerca el arte a todas las personas independientemente de sus capacidades y estudios musicales”, ha presentado la Fundación Atena.

Facilita la expresión a personas con discapacidad intelectual

Esta herramienta “facilita la expresión creativa permitiendo a cualquier persona no solamente crear música sino, además, beneficiarse de posibles cambios corporales a nivel postural. Estos pueden ser la ampliación de su propio patrón de movimiento, gestos y mejora de la expresión. Estos cambios permiten y dan la oportunidad de fomentar y mejorar la conexión con el entorno”.

Atena recuerda que en sus 22 años de trayectoria todos sus programas se han alineado con la misión de “promover y fomentar el desarrollo integral de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo a través del arte, mejorando su calidad de vida y acompañándoles en su proyecto vital”. También con el ODS 4 de “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.

Puede mejorar la capacidad interactiva

En esa trayectoria han detectado que “en el disfrute, la práctica y la creación musical algunas personas experimentan barreras por la falta de autoexpresión adherida al propio diagnóstico. En este terreno es donde consideran que el “Motion Composer” puede mejorar la capacidad interactiva y relacional de las personas con dificultades comunicativas y grandes necesidades de apoyo. Y se hace incorporando la herramienta tecnológica que “favorezca el empoderamiento creativo y la accesibilidad en el arte musical”.

Imagen de la herramienta con la que la Fundación Atena pretende incentivar la expresión musical y corporal de personas con discapacidad intelectual
Imagen del “Motion Composer”, la herramienta de la Fundación Atena para su nuevo proyecto que incentiva la expresión musical y corporal de personas con discapacidad intelectual. EFE/Jesús Diges

Así, el Motion Composer capta el movimiento de las personas y lo traduce en sonidos y música. De esta manera, el cuerpo se convierte en un instrumento, lo que “acerca el arte a todas las personas independientemente de sus capacidades y estudios musicales”.

Atena explica además que a través de actividades creativas inclusivas, se genera un entorno en el que las personas participantes creen música sin necesidad de tocar instrumentos. Esto posibilita cierto grado de control en las respuestas relacionadas con el sonido y fomenta su expresividad.

En cuanto a la metodología, la primera fase consiste en un trabajo más individual que parte de una valoración sensorial de cada persona. En ella se medirán las respuestas sensoriales a diferentes tipos de estimulación. Tras esta, se establecerá un perfil sensorial que será punto de partida para analizar, a largo plazo, el impacto de la herramienta a nivel corporal y relacional.

La satisfacción en personas con discapacidad intelectual y dificultad comunicativa

El impacto se mide a través de la observación directa del bienestar emocional, expresiones faciales y corporales, dada la dificultad para medir empíricamente la satisfacción en personas con dificultades comunicativas.

Conociendo sus patrones de movimiento, los monitores del proyecto prestarán atención a respuestas del lenguaje corporal, cognitivas, conductuales, entre otras. Esto permitirá, a través de datos cuantitativos, establecer una comparativa y valorar si se extrapolan a sus interacciones.

“Este sistema interactivo supone un cambio en la manera en que las personas con discapacidad intelectual van a crear y experimentar la música, estimulando su motivación, fomentando su autonomía y mejorando su autopercepción”, con la generación de nuevos contextos de aprendizaje que favorezcan la interacción entre personas con y sin discapacidad, lo que contribuye a la mejora de sus relaciones y vínculos.

“Todo esto a su vez, repercute positivamente en su autoestima, reconocimiento y empoderamiento personal”, aseguran desde Atena. La herramienta se ha adquirido gracias al apoyo de la Fundación Once, que ha permitido se la única entidad a nivel nacional que cuenta con ella.