Pamplona (EFE).- Los tradicionales encierros del Pilón, en Falces, han arrancado este domingo con una carrera que se ha desarrollado sin incidencias, más allá de las caídas propias de la velocidad y del escarpado terreno por el que bajan mozos y vaquillas desde el monte hasta el casco urbano.
Las reses de la ganadería falcesina de José María Goñi han sido las encargadas de abrir los encierros de este año. Como es habitual, el evento se ha llevado a cabo ante la expectación de miles de personas que desde primera hora han ido colocándose en la ladera del monte para tener una buena vista del recorrido y estar relativamente a salvo de las vaquillas.
Fiesta de Interés Turístico de Navarra desde 2011, la espectacularidad de la bajada de las reses por una estrecha cañada con el monte a la derecha y un barranco a la izquierda concita todas las mañanas durante las fiestas patronales de Falces el interés de vecinos y visitantes, atentos a la veloz carrera que en no pocas ocasiones ha terminado con vaquillas y corredores en el barranco.
La originalidad del Encierro del Pilón
Según recoge la web municipal del Ayuntamiento de Falces, la carrera tiene su origen en el traslado de las reses para la celebración del posterior espectáculos taurino ya en el casco urbano del pueblo, de los que hay constancia ya en 1751.
Sin embargo, el “Encierro del Pilón” no se celebró oficialmente como tal hasta mediados del silo XX. Desde entonces ha cobrado año a año popularidad por su vistosidad, riesgo y originalidad, al discurrir por un agreste recorrido en el que el propio monte a un lado y el barranco a otro delimitan el trazado.
