Los representantes del Instituto de Salud Incluyente de Guatemala, Juan Carlos Verdugo y Juana Millán. EFE/Iñaki Porto

Navarra reconoce la trayectoria del Instituto de Salud Incluyente de Guatemala

Pamplona (EFE).- El Instituto de Salud Incluyente de Guatemala ha sido reconocido con el Premio Navarra a la Solidaridad 2023 por “su destacada trayectoria” en el ámbito de la cooperación sanitaria en un acto en el que sus representantes han alertado sobre la situación que vive su país y mostrado su compromiso de seguir luchando por la salud, la justicia social y la democracia.

“Por la salud y la vida seguiremos luchando por la justicia social y el rescate de la democracia en Guatemala”, ha sostenido Juan Carlos Verdugo, director del instituto, quien junto con la enfermera Juana Millán, ha recogido el premio en un acto celebrado en el Salón del Trono del Palacio de Navarra, con la presencia de autoridades navarras y miembros del jurado, presidido por Miguel Induráin.

La consejera de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo, Carmen Maeztu, y el presidente de Laboral Kutxa, Txomin García, en representación de las entidades organizadoras, han sido los encargados de entregar el premio, dotado de 25.000 euros.

Equidad en el acceso a la salud

Un galardón, en palabras de la consejera, refrendadas también por el presidente de LaboralKutxa, que se reivindica como “muy necesario” en el contexto actual.

Medicus Mundi presentó la candidatura de esta entidad que surgió hace 15 años a iniciativa de un grupo de profesionales de la salud con formación en salud pública, desarrollo social y medicina social.

Desde entonces, según se ha constatado en el acto, el Instituto de Salud Incluyente de Guatemala está comprometido con la transformación de las políticas y el sistema de salud del país centroamericano, con el objetivo de promover la equidad en el acceso y el ejercicio de la salud.

En 2016 el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social de Guatemala asumió el modelo de salud incluyente que promovía la entidad galardonada para implantarlo en el sistema público de salud guatemalteco.

Humanizar la salud

En su intervención, la consejera de Derechos Sociales ha destacado el esfuerzo de la entidad galardonada no solo por “avanzar de manera transversal en áreas como la investigación, la formación y la innovación, entendiendo la salud como un derecho universal” sino también por tener en cuenta “cuestiones tan relevantes como la perspectiva de género, la interculturalidad y la armonía con el ambiente, además de la vinculación con nuestra Comunidad”.

Intervención de la consejera de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo, Mari Carmen Maeztu (i). EFE/Iñaki Porto

Maeztu también ha resaltado que el Instituto y el Gobierno de Navarra comparten el objetivo de humanizar la salud. “Este Gobierno defiende la necesidad de humanizar las políticas públicas. Porque detrás hay personas, en muchas ocasiones en situación de vulnerabilidad. Y eso siempre tenemos que tenerlo presente” ha asegurado.

En su última intervención en este acto, con motivo de su jubilación, Txomin García, se ha dirigido a los galardonados para decirles que es “un honor” que su premio forme parte de su prestigioso palmarés y les ha felicitado por su “noble causa, profesionalidad, modo de hacer y cooperación con otras entidades en pro del acceso a la salud de las comunidades más necesitadas”

La situación en Guatemala

Los galardonados, por su parte, además de detallar la labor realizada por el instituto han puesto el foco en la situación de su país.

En este sentido Juana Millan ha declarado que “en estos momentos de alegría y satisfacción por recibir este importante premio la sociedad guatemalteca atraviesa por uno de los momentos más difíciles de la época reciente, en la que la democracia y sus instituciones se encuentran en serio peligro cerniéndose sobre Guatemala una dictadura”.

“La sociedad y los pueblos guatelmatecos luchan valientemente por oponerse a las intenciones de prolongar en el poder a autoridades ilegítimas”, ha agregado.

En su discurso ha indicado que en el marco de las luchas históricas por las justicias sociales surgió en la década de los noventa, con el apoyo del Gobierno de Navarra y Medicus Mundi, una alternativa sanitaria que posteriormente sería conocida como el modelo incluyente de salud.

Se trataba de una propuesta “innovadora, alternativa para el acceso universal a la salud, diseñada con pertinencia intercultural, equidad de género y armonía con la madre naturaleza y que, a su vez, garantizara el derecho humano a la salud”.

Este modelo mostró “grandes ventajas para mejorar la salud” y, ha continuado, después pasó a ser política pública y parte del equipo tuvo la oportunidad de dirigir el ministerio de Salud lo que ha contribuido a un cambio de la visión sanitaria pasando a estar “basada en derechos y para toda la población” y logrando un “reordenamiento territorial