Consuelo Ordóñez, presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite). EFE/ Jesús Diges

COVITE apunta a tres «mitos» instalados en el post-terrorismo de ETA que deben desmontarse

Pamplona (EFE).- Los victimarios convertidos en héroes, el negacionismo de la socialización del terrorismo emprendida hace 30 años y el supuesto ya suficiente reconocimiento de las víctimas de ETA son los tres «mitos» que el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) ha «desmontado» en su XXIII Jornada Anual.

Celebrada en Pamplona, con tres mesas redondas destinadas cada una de ellas a abordar y destruir sendos «mitos», la jornada ha sido inaugurada por la presidenta de COVITE, Consuelo Ordóñez, quien en declaraciones a los periodistas ha reivindicado que «este país tiene una deuda infinita con las víctimas» y ha apuntado a sus exgobernantes José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y Mariano Rajoy (PP).

Homenajes a los fusilados en el franquismo

Ante decenas de asistentes, en su discurso de apertura, Ordóñez ha advertido de los riesgos de los «mitos» que se están instalando en el relato público sobre el terrorismo de ETA, y que, según ha dicho, «distorsionan la realidad, blanquean las responsabilidades criminales y justifican el horror. Y cuando el horror se justifica, la sociedad se descompone moralmente».

Ordóñez ha explicado que estos mitos sirven para «reescribir la historia y legitimar el pasado terrorista», y ha identificado tres grandes falsedades que están ganando espacio en el debate público.

Asistentes a la Jornada Anual de Covite. EFE/ Jesús Diges

La primera, ha dicho, es la de los “victimarios–víctimas” convertidos en héroes, como a su juicio lo demuestran los homenajes que este verano se han sucedido hacia los últimos fusilados del franquismo, en especial a los miembros de ETA ‘Txiki’ y Otaegi.

«Condenar sus ejecuciones es una obligación moral, pero presentarlos como referentes democráticos es una perversión y una falsedad», ha advertido para defender que «nadie que haya asesinado o pertenecido a una organización terrorista puede ocupar el lugar simbólico que corresponde a las víctimas que defendieron la libertad y la democracia sin empuñar nunca un arma».

La soledad y el ostracismo

El segundo mito, ha señalado, es el negacionismo de la “socialización del sufrimiento”, la estrategia planificada por ETA y la izquierda abertzale para extender el terror en el País Vasco y Navarra a partir del año 1995 y cuyo hermano asesinado, Gregorio Ordóñez, fue uno de sus exponentes.

Ha denunciado que hoy «desde la izquierda abertzale se intenta negar la existencia de esa estrategia o incluso presentarla como una invención de las víctimas», cuando «negar esa evidencia no solo insulta a las víctimas, sino que socava los cimientos morales de la convivencia».

En cuanto al tercer ‘mito’, el de que las víctimas del terrorismo «ya estamos suficientemente reconocidas y atendidas», Ordóñez ha lamentado que «muchas víctimas siguen viviendo en la soledad y el ostracismo, sin apoyo político, social, ni institucional, y sin justicia», y ha recordado que «el 50 % de los crímenes de ETA siguen impunes y no han tenido justicia».

La radicalización violenta

Por otro lado, preguntada por los incidentes que radicales abertzales protagonizaron la pasada semana en Pamplona en contra de un acto anunciado por el activista Vito Quiles, Consuelo Ordóñez ha recordado que desde COVITE «llevamos advirtiendo años del gravísimo problema de la radicalización violenta».

Sobre este unto ha defendido un régimen sancionador que ataje estos comportamientos, «espantosos» en el caso de los vividos en Pamplona, y que pasan ya no solo por las condenas penales que en su caso se perezcan, sino también por las «condenas administrativas para los organizadores».